martes, 16 de agosto de 2011

La edad del deshielo llega a América Latina





Miles de glaciares patagónicos, uno de los principales atractivos turísticos de Argentina, podrían desaparecer en tan solo 50 años. Estos datos alarmantes fueron revelados en un reciente foro internacional sobre el cambio climático, celebrado en este país latinoamericano.

Gregorio 'Nuno' Mancilla es hoy uno de los pobladores más antiguos del Parque Nacional los Glaciares, en el sur argentino. Incluso una calle de Calafate lleva su nombre en su honor. La casa donde se crió este vecino miraba a los glaciares, de ahí su pasión por ellos.

'Nuno' cuenta: "Yo vi siempre la existencia de los glaciares como una evolución natural. Recuerdo muy bien cuando tenía entre cinco o seis años, cuando vivía en esta zona. Tenía mi propio mirador en un barranco y desde allí miraba los témpanos. Para definirlo de alguna manera, yo abrí los ojos a la vida viendo el frente del glaciar Upsala, el frente del Moreno".


Pero el paisaje que vio 'Nuno' de pequeño no tiene nada de parecido con el paisaje actual. Precisamente el Glaciar Upsala es uno de los que más ha retrocedido en las últimas décadas.

Estas grandes masas heladas son uno de los principales atractivos turísticos de la Patagonia argentina y chilena. Miles de visitantes de todo el mundo llegan a la zona para ver este increíble espectáculo natural, que corre el riesgo de desaparecer.


Pero 'Nuno' atribuye estas modificaciones más al propio ciclo de vida del nevado que al calentamiento global o la actividad humana: "A mí no me sorprende para nada que el glaciar vaya perdiendo una gran cantidad de kilómetros a través de su lengua glaciaria porque es una evolución natural".

La visión de este apasionado observador coincide con la de algunos especialistas que atribuyen a fenómenos naturales el hecho de que el 70% de los hielos de la región latinoamericana esté en retroceso. Entre las hipótesis se mencionan, por ejemplo, los ciclos solares o las escasas precipitaciones en el área andina en las últimas décadas.


Eugenio Yermolin, glaciólogo del Instituto Antártico Argentino, explica: "En realidad la mayoría de las cosas que podrían afectar el avance o el retroceso de los glaciares son causas naturales. Por ejemplo, la erupción de un volcán podría dar todos los gases que podrían afectar el cambio climático y el efecto invernadero cien veces más que toda la actividad humana durante un año... toda".

Pero para la organización Greenpeace estos argumentos no son razones, sus miembros tienen otra teoría. Hernán Giardini, experto de Greenpeace Argentina, opina: "El retroceso que muestran los glaciares, si bien tiene un retroceso histórico, viene acelerado rápidamente en los últimos 100 o 200 años. Entonces ahí hay una relación directa con los gases de efecto invernadero". "El Estado argentino reconoce al impacto de los glaciares como parte del calentamiento global", indica.


Sea debido a procesos naturales o por la actividad humana, lo cierto es que por ejemplo el Chacaltaya, que durante 18.000 años reinó en los andes bolivianos, se ha derretido completamente hace apenas dos años. Junto a los casquetes polares, estos glaciares son las principales reservas de agua dulce que tiene el planeta, y la gran mayoría de ellos está hoy en retroceso.

En América Latina su desaparición afectaría significativamente a la disponibilidad de agua para la generación de electricidad, para la agricultura y para el consumo humano.


Si los hombres podemos hacer algo para evitarlo, aún estamos a tiempo.



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