De acuerdo con
la doctora Lourdes Berenice Celis García, titular de la investigación,
el proceso consiste en tratar el agua que contiene los metales disueltos
en un reactor biológico de lecho fluidificado inverso.
ECOticias.
Con el propósito de recuperar metales pesados de efluentes
provenientes de la industria metalmecánica (troquelado) o de
galvanoplastia (cromado, niquelado, entre otros), especialistas del
Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica, A.C.
(IPICyT) desarrollaron un proceso de remoción mediante microorganismos
sulfatorreductores (metabolizan sulfato).
De acuerdo con la doctora Lourdes Berenice Celis García, titular de
la investigación, el proceso consiste en tratar el agua que contiene los
metales disueltos en un reactor biológico de lecho fluidificado
inverso.
La especialista explicó que este reactor consiste en un contenedor
cilíndrico de aproximadamente 2.4 litros de capacidad lleno de líquido
(con sulfato) y los microorganismos están adheridos a partículas de
plástico que flotan en él.
Posteriormente, los microorganismos llevan a cabo el metabolismo del
sulfato para producir sulfuro; este último, al entrar en contacto con
los metales pesados disueltos, produce su precipitación.
El precipitado, señaló la investigadora del IPICyT, consistirá en
sulfuros metálicos que se recuperarán por la parte inferior del reactor y
podrían emplearse para reciclar el metal. Para ello, será necesario
separar el metal del sulfuro mediante un proceso químico.
Con respecto al agua ya tratada (que sale del reactor), Celis García
indicó que ésta podría ser vertida en el drenaje sin riesgo de causar
daño ecológico, debido a que los microorganismos consumieron tanto el
sulfato como los contaminantes orgánicos, además de eliminar los metales
pesados disueltos.
La especialista de este Centro Público de Investigación Conacyt
especificó que para llevar a cabo este proyecto se enfocó en la remoción
de hierro, zinc y cadmio, como modelos de metales susceptibles de
precipitarse con sulfuro.
En el caso de las partículas de plástico, la doctora Celis expuso que
fue necesario utilizar polímeros de baja densidad para que flotaran en
el agua, por lo que optaron por moler pequeñas esféras de polietileno
para obtener partículas de entre uno y tres milímetros que brindaran
soporte a los microorganismos.
La investigadora del IPICyT apuntó que los microorganismos
sulfatorreductores están presentes naturalmente en muchos ambientes como
sedimentos de ríos y lagos o, incluso, aguas termales azufrosas; sin
embargo, los empleados en el proyecto provienen de lodos metanogénicos
de una planta de tratamiento anaerobio (los cuales contienen bacterias
anaerobias que descomponen la materia orgánica y forman metano).
Por otro lado, la doctora Lourdes Berenice Celis García reconoció que
por el momento su equipo de trabajo se ha enfocado en aspectos básicos
de la generación de sulfuro por parte de las bacterias, lo que ha
postergado el escalamiento del desarrollo.
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