Los investigadores del Ártico
están muy preocupados tras descubrir nuevas fuentes de escape de metano
en las áreas de deshielo, considerándolo una gran amenaza para el
clima.
Los científicos del Laboratorio de Propulsión de la NASA emprendieron
varios viajes aéreos sobre la superficie helada y se quedaron muy
sorprendidos tras registrar un nivel demasiado elevado de metano en las
áreas de deshielo y de las fallas de hielo.
Los científicos temen que el metano, que es 70 veces más nocivo para el medio ambiento que el CO2, pueda provocar la elevación de las temperaturas, lo que puede causar cambios climáticos de escala global.
Es la primera vez que se registra la emisión de este gas invernadero en
áreas hondas del pleno océano, donde la superficie suele estar cubierta
de hielo. Antes el escape de metano se registraba en las zonas menos
hondas, como los mares en el norte de Siberia. Los especialistas de la
Institución Rusa de Oceanología averiguaron que las zonas del Mar de
Láptev y del Mar de Siberia Oriental son las fuentes de metano más
activas, emitiendo el mismo volumen de gas que el resto del océano
mundial.
El proceso de emisión se debe al deshielo de la perpetua congelación
submarina, por debajo de la cual se guardan enormes volúmenes de metano.
Los científicos advierten que si todo el metano se escapa a la vez, eso
podría causar impredecibles cambios climáticos de carácter muy agudo.
No está claro si la fuente de emisión de metano acaba de aparecer o ha
existido durante mucho tiempo. Según los datos paleoclimáticos, la
concentración de metano en la atmósfera depende del cambio de los
periodos glaciares e interglaciares. Ahora nuestro planeta vive un
periodo interglaciar.
La presente concentración de metano en la atmosfera encima de Ártico es
tres veces más elevada que los niveles habituales para este periodo y
es el más grande de los últimos 400.000 años.
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