Una investigación publicada en la prestigiada revista estadounidense “Proceedings of the National Academy of Sciences” ha mostrado que la conservación de los bosques tropicales en la cuenca del río Amazonas incrementará la cantidad de electricidad que los proyectos hidroeléctricos en la zona pueden producir.
Conforme la deforestación continúa aumentando en la Amazonía, las previsiones energéticas de una de las represas más grandes (y controvertidas) del mundo, la de Belo Monte en Brasil, disminuirá en un tercio.
No obstante, los autores animan a continuar con estos esfuerzos de
conservación a nivel regional, puesto que la deforestación regional
podría obstaculizar los esfuerzos de Brasil por satisfacer su déficit
pendiente en energía eléctrica. En concreto, el estudio muestra que si
la deforestación en la cuenca del Amazonas no se controla, la energía
suministrada por la represa de Belo Monte en Brasil, planeado para ser
el tercer mayor proyecto hidroeléctrico del mundo, se reducirá un 30 por
ciento por debajo de las estimaciones actuales de la industria, una
cantidad equivalente al consumo de energía de los cuatro millones de
brasileños.
Combinando la experiencia en materia de hidrología, ecología, ciencia
del uso del suelo, climatología y economía, los investigadores
modelaron la producción de energía en diferentes niveles de
deforestación en la cuenca del río Amazonas y encontraron que los
escenarios con más bosques también producen la mayor cantidad de
energía. Con los niveles actuales de deforestación en la región, los
resultados muestran que las precipitaciones están entre el 6 y el 7% por
ciento por debajo de lo que serían con una cubierta forestal total, por
lo que con la pérdida del 40 por ciento en la selva que algunos
predicen ocurrirá en 2050, las precipitaciones sería entre un 11 y un 15
por ciento más bajas, lo que resultaría en entre un 35 y un 40 por ciento menos de energía.
El estudio afirma que la capacidad de Brasil para generar electricidad depende de la conservación de los bosques.
Las zonas con bosques tropicales tienden a tener grandes cantidades
de lluvia, por lo que son lugares privilegiados para los proyectos
hidroeléctricos que se aprovechan del río para crear electricidad. El Banco Mundial estima que la energía hidroeléctrica no aprovechada en esas zonas es casi cuatro veces mayor que la capacidad instalada en Europa y América del Norte y que gran parte de este potencial se encuentra en el corazón de las selvas tropicales.
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