La decisión
fue anunciada el pasado abril por el comisario de Salud y Consumo,
Tonio Borg, tras lograr el apoyo de una mayoría de países suficiente
para seguir adelante con su propuesta
ECOticias.
La Unión Europea prohibirá a partir del 1 de diciembre, y
durante un periodo de dos años, el uso de los tres neonicotinoides más
frecuentes como plaguicidas en la siembra del girasol, la colza, el
algodón y el maíz, por los riesgos que plantean para la salud de las
abejas melíferas y otros polinizadores, cuya mortalidad ha aumentado
fuertemente en los últimos años.
La decisión fue anunciada el pasado abril por el comisario de
Salud y Consumo, Tonio Borg, tras lograr el apoyo de una mayoría de
países suficiente para seguir adelante con su propuesta; pero ha sido
este viernes cuando el Ejecutivo comunitario ha formalizado la adopción
de las medidas.
No se trata de una prohibición total de los químicos señalados,
sino restringida a su uso en los granos y semillas que son atractivos
para las abejas y prevé una serie de salvaguardas, como no aplicar el
veto a los cultivos en invernadero o a granos que ya existan de aquí a
noviembre, según ha informado en rueda de prensa el portavoz de Borg,
Frédéric Vincent. También habrá una excepción para los cultivos a cielo
abierto "sólo después de la floración".
Las restricciones que se aplicarán desde el 1 de diciembre podrían
afectar a un tercio de las semillas preparadas en la UE
aproximadamente, de las que España es uno de los principales
productores. Por el impacto de la medida y las reservas de algunos
países, que consideran que faltan datos científicos que avalen la
medida, el comisario se ha compromete a revisar su plan en un plazo de
dos años y tan pronto como haya nuevos datos científicos y avances
técnicos.
La medida se basa en el principio de precaución a partir de un
informe de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) que
identifica tres plaguicidas de la familia de los neonicotinoides como
peligrosos para las abejas, aunque no para el humano.
Son, en concreto, tres químicos comercializados en Europa por
Bayer y Syngenta --clotianidina, tiametoxam e imidacloprid--, que pueden
afectar al sistema nervioso de los insectos causándoles parálisis y
hasta la muerte.
La Comisión ha dado de plazo hasta el 30 de septiembre para que
los gobiernos nacionales, que tienen la "responsabilidad" de garantizar
el cumplimiento del veto, "retiren o modifiquen las autorizaciones
vigentes y se amolden a las restricciones de la UE". Así, sólo podrán
expedir nuevos permisos "para el uso de las actuales existencias de
estos plaguicidas hasta el 30 de noviembre", según recalca el Ejecutivo
comunitario.
Bruselas trabajada desde 2010 en una estrategia para proteger a
las abejas melíferas, tras constatar una fuerte disminución de su
población en los últimos años sin razones claras aparentes. La
producción apícola supone 22.000 millones de euros para la agricultura
europea.
La estrategia comunitaria para proteger a las abejas incluye otras
acciones como la designación de un laboratorio de referencia, una
mayor cofinanciación de la UE en los programas nacionales de apicultura
y más fondos europeos para estudios de vigilancia en 17 Estados
miembros voluntarios.
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