lunes, 8 de agosto de 2011

La Era del Cambio

No hay duda que estamos viviendo una Era de Cambios, estamos en la transición y vamos hacia un cambio. La situación se puede dibujar en nuestra mente con las imágenes de las lluvias de antes, convertidas ahora en inundaciones permanentes.
 Ecóloga. Analista Ambienta
Sentir vientos de lluvia era sinónimo de olor a tierra mojada, de fertilidad del suelo y hasta si se quiere, para muchos de permitirse una tarde tranquila en casa. El comentario de Manuel, dibujante de la oficina, hace 20 años bajo esas circunstancias era “lo que provoca ahorita es estar en casa arropado y acostado viendo televisión” lanzaba este mensaje mientras pasaba revista a sus acciones financieras de la Electricidad de Caracas. En la medida en que fueron pasando los años, hasta Manuel,  pedía permiso para irse a su casa a ayudar a su familia y a sus vecinos a mitigar los embates de las inundaciones y los derrumbes en su natal Catia.  Hoy día sin casita ni acciones de la Electricidad de Caracas, Manuel se fue de Venezuela hace 8 años y su barrio fue evacuado. Con el barrio de Manuel también están cambiando otras cosas en el mundo entero, la composición química de los océanos, de la atmósfera, su temperatura y los niveles de agua en las costas.
Las inundaciones o las sequías extremas con todas sus consecuencias siguen siendo de los efectos más marcados  producto de la acción humana. A lo largo de la historia de la humanidad los grandes cambios se pueden leer literalmente hablando en lo que podríamos denominar las cicatrices de las rocas, y  la especie humana metafóricamente hablando ha venido marcando cicatrices de forma acelerada desde hace dos siglos. Los estratígrafos, científicos que reconstruyen la historia de la tierra a partir de las observaciones de eventos que quedan plasmados en las rocas millones de año después producirse, han llegado a sugerir que estamos inmersos en un cambio que Crutzen (2002) lo llamó Antropoceno o Era del Hombre. Esta Era está marcada físicamente por el incremento poblacional y el uso de algunos tipos de energía.
Incremento poblacional: amuñuñamiento
Expresados en términos estrictamente biológicos los científicos establecieron que en esta Era la biomasa humana es 100 veces más grande que la de cualquier otra especie de animales grandes que haya existido alguna vez sobre la tierra, pareciéndose nuestro patrón de crecimiento demográfico más bien al de las bacterias.  
Partiendo de este hecho que en sí mismo constituye un gran impacto, se desprenden otros dos: las deforestaciones masivas de los espacios geográficos para establecimiento de las comunidades humanas y las deforestaciones masivas para proveerse de alimentos con relativa seguridad. Dicho de otra manera, la construcción de ciudades ciertamente causa un cambio sobre vastas extensiones y las actividades que en ella se desempeñan también. Se dejarán huellas de materiales elaborados por el hombre y cambios en la estructura de los suelos vía la erosión de los mismos. Es impresionante la imagen que se puede observar traduciendo el impacto del hombre en su área de establecimiento a través de vistas aéreas por ejemplo de la Ciudad de México, los cambios que ésta muestra al presente y los que se pueden prever a futuro.
No menos importantes son los impactos que a través de la mano del hombre se han dejado por la siembra extensiva de plantas alimenticias. Para los efectos de nuestro planeta se cambió la diversidad de especies en los bosques por la presencia de monocultivos. Esto se podrá percibir en términos geológicos como un cambio de patrón de tipo de granos de polen almacenados en los suelos. Pasamos de tener un patrón variopinto de granos de polen de distintas especies almacenados en los suelos a tener grandes extensiones con un solo tipo de grano de polen predominante de acuerdo al cultivo que se desarrollara en su superficie. Aproximadamente 38% de la superficie terrestre de nuestro planeta está expuesta a este impacto, la pérdida del hábitat forestal y es una de las de las causas principales de extinciones que en esta Era se suceden con mayor huella, con mayor índice, miles de veces mayor que los ocurridos durante los últimos 500 millones de años (Kolbert, 2011).
Energía: emisiones de CO2
La generación de energía hidroeléctrica es uno de los elementos a través de los cuales el humano dejará marcas en esta Era. La construcción de represas en los ríos con pérdidas de vegetación y con ella, pérdida de sumideros de CO2; pero ocasiona también que los sedimentos en vez de ser trasportados al mar, se queden retenidos en estos espacios ocasionando un cambio en la estratificación de las capas de los suelos. Socialmente causa  la migración forzada de miles de personas hasta ahora estimadas en 80 millones de personas mundialmente, quienes tienen que buscar donde establecerse de nuevo desarraigados de su contexto cultural generalmente. Todo esto ocurre sin ser menos importante la afectación a las especies del ecosistema y los impactos aguas abajo justamente por un agua con la que ya no se cuenta o se cuenta con un diferente patrón de suministro. Pero hasta ahora, el cambio geológicamente hablando que pudiera considerarse como el más importante que estamos dejando es el de la acumulación de gases con efecto invernadero, producto de la quema de combustibles fósiles. Como muchas veces hemos dicho, la variación en la composición de los gases atmosféricos con efecto invernadero está impactando de forma drástica, nos está llevando a cambios en las temperaturas no vistos en millones de años con efectos encadenantes a otros factores tales como los climáticos y biológicos, pudiendo expresarse estos últimos en términos de selección de especies, migraciones de ellas y cambios en la composición de genes a lo largo del tiempo.
Los océanos cubriendo alrededor del 80% del globo terráqueo sufren progresivamente los impactos del CO2 cambiando su grado de acidez y temperaturas lo cual afecta la subsistencia de los arrecifes de corales y con ellos la presencia de peces. La aparición progresiva de fantasmas de corales, caparazones inertes producto de esta acidez sin duda constituirá también uno de los indicadores geológicos a futuro que marcarán el efecto del hombre en su Era. Al respecto el geólogo Zalasiewicz, establece que el impacto del hombre podría parecer tan repentino y profundo como el un asteroide. 


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