Un
adolescente nipón de 16 años, Misaki Murakami, ha asegurado ser el
propietario de un balón de fútbol que fue hallado recientemente en las
costas de Alaska tras ser arrastrado por el tsunami de 2011, informó
hoy el diario Asahi.
La pelota, sobre la que hay escritos varios mensajes con caracteres japoneses que aún pueden leerse, fue encontrada en una playa la semana pasada por un matrimonio, David y Yumi Baxter, que reside en las afueras de Anchorage, la capital del estado más septentrional de Estados Unidos.
La pareja se puso entonces en contacto con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica estadounidense para intentar dar con el propietario.
Tras ver en los medios la imagen de la pelota con su nombre escrito sobre ella, Murakami ha asegurado no tener duda de que el balón es suyo.
Murakami, residente en una de las ciudades de la provincia de Iwate más afectadas por la tragedia del 11 de marzo, Rikuzentakata, ha explicado que el esférico fue un regalo de despedida que le hicieron hace siete años sus hoy excompañeros de clase cuando se disponía a cambiar de colegio.
Sobre la pelota está escrito el mensaje "¡Ánimo Misaki Murakami!", fechado en marzo de 2005 y firmado por alumnos de tercer curso de la escuela primaria a la que asistía el joven.
El adolescente se ha mostrado muy contento por la noticia, ya que el tsunami arrasó por completo la casa donde vivía con su familia y tras la tragedia le ha resultado imposible recobrar ni una sola de las posesiones.
Murakami ha dado las gracias personalmente por teléfono a la pareja que encontró la pelota, la cual, por su parte, le ha explicado que tiene planeado viajar a Japón el mes próximo para entregarle personalmente la pelota.
Los Baxter también encontraron en la playa el mes pasado una pelota de voleibol con mensajes escritos en japonés, aunque de momento nadie la ha reclamado.
Una gran cantidad de objetos de todo tipo arriban continuamente a las costas de Alaska tras haber sido arrastrados por el tsunami y atravesar todo el Pacífico Norte.
Entre ellos se cuenta el "Ryon-Un Maru", un barco pesquero que por motivos de seguridad las autoridades locales hundieron a unos 180 kilómetros de la costa de Alaska a principios de abril.
La pelota, sobre la que hay escritos varios mensajes con caracteres japoneses que aún pueden leerse, fue encontrada en una playa la semana pasada por un matrimonio, David y Yumi Baxter, que reside en las afueras de Anchorage, la capital del estado más septentrional de Estados Unidos.
La pareja se puso entonces en contacto con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica estadounidense para intentar dar con el propietario.
Tras ver en los medios la imagen de la pelota con su nombre escrito sobre ella, Murakami ha asegurado no tener duda de que el balón es suyo.
Murakami, residente en una de las ciudades de la provincia de Iwate más afectadas por la tragedia del 11 de marzo, Rikuzentakata, ha explicado que el esférico fue un regalo de despedida que le hicieron hace siete años sus hoy excompañeros de clase cuando se disponía a cambiar de colegio.
Sobre la pelota está escrito el mensaje "¡Ánimo Misaki Murakami!", fechado en marzo de 2005 y firmado por alumnos de tercer curso de la escuela primaria a la que asistía el joven.
El adolescente se ha mostrado muy contento por la noticia, ya que el tsunami arrasó por completo la casa donde vivía con su familia y tras la tragedia le ha resultado imposible recobrar ni una sola de las posesiones.
Murakami ha dado las gracias personalmente por teléfono a la pareja que encontró la pelota, la cual, por su parte, le ha explicado que tiene planeado viajar a Japón el mes próximo para entregarle personalmente la pelota.
Los Baxter también encontraron en la playa el mes pasado una pelota de voleibol con mensajes escritos en japonés, aunque de momento nadie la ha reclamado.
Una gran cantidad de objetos de todo tipo arriban continuamente a las costas de Alaska tras haber sido arrastrados por el tsunami y atravesar todo el Pacífico Norte.
Entre ellos se cuenta el "Ryon-Un Maru", un barco pesquero que por motivos de seguridad las autoridades locales hundieron a unos 180 kilómetros de la costa de Alaska a principios de abril.
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