Artículos
previos habían encontrado similitudes en el ADN mitocondrial
(procedentede la madre) entre los osos polares y los osos pardos (Ursus arctos).
ECOticias.
El origen de los osos polares (Ursus maritimus) como
especie independiente tuvo lugar hace unos 600.000 años, según revela
una investigación internacional en la que ha participado el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Su historia evolutiva
es, por lo tanto, cinco veces más antigua de lo que se creía hasta
ahora, tal como refleja el artículo que ocupa la portada de la revista Science.
Artículos previos habían encontrado similitudes en el ADN
mitocondrial (procedentede la madre) entre los osos polares y los osos
pardos (Ursus arctos). Debido a ello, se asumió que la especie
ártica pertenecía a un linaje escindido de sus primos marrones hace
entre 166.000 y 111.000 años y que había experimentado una rápida
adaptación a las condiciones polares.
La nueva investigación se ha basado en el análisis del ADN nuclear
procedente de 19 ejemplares de oso polar, 18 ejemplares de oso pardo y
siete ejemplares de oso negro (Ursus americanus). Las
diferencias detectadas entre los genomas indican que la especie polar y
la parda divergieron de un ancestro común hace unos 600.000 años.
Jennifer Leonard, investigadora en la Estación Biológica de Doñana
del CSIC, y una de las autoras del estudio, explica: “Las similitudes
entre el ADN mitocondrial de las dos especies podrían indicar la
hibridación entre hembras pardas y machos polares, cuya descendencia se
integró con la población polar”.
El nuevo hallazgo supone una evolución mucho más similar al del resto
de los mamíferos árticos. Leonard opina que sus adaptaciones
específicas, como el pelo blanco, la piel negra y la envoltura de sus
pies, es ahora menos sorprendente”. El zorro polar (Alopex lagopus), por ejemplo, se separó de su linaje original hace unos 900.000 años.
Pérdida de hábitat
La creencia de que los osos polares habían evolucionado en un período
de entre 166.000 y 111.000 años suponía que dicha especie poseía una
elevada capacidad adaptativa a las condiciones polares. Este cambio de
paradigma sugiere que podrían ser mucho más sensibles de lo que se
pensaba ante los posibles efectos del cambio climático. Esta especie no
sólo se enfrenta a la desaparición de su hábitat a causa del deshielo
glacial. Leonard explica que este hecho les obliga a “colonizar regiones
habitadas por los humanos donde su supervivencia se ve comprometida”.
La investigadora del CSIC concluye: “Si perdiéramos al oso polar en
nuestra era, deberíamos preguntarnos hasta qué punto hemos dificultado
su supervivencia, ya que ellos fueron claramente capaces de resistir
otras épocas más cálidas en el pasado”.
El artículo ha sido liderado por investigadores de Centro de
Investigación en Biodiversidad y Cambio Climático (Alemania), y ha
contado con la colaboración del Servicio de Pesca y Vida Salvaje
(Estados Unidos) y la Universidad de Lund (Suecia).
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