El físico y escritor Javier Cacho, que en 1986 formó parte de la primera expedición científica española a la Antártida, ha lamentado que, con la crisis económica que afecta "de forma grave" a la investigación, viajen a la Antártida 20 veces más turistas que científicos.
El autor de "Antártida: el agujero de ozono", ha afirmado, en
una entrevista a Efe, que no tiene sentido que en esta zona de la tierra
la investigación de la afección del cambio climático se esté
sustituyendo por el turismo de lujo.
A su juicio, estos viajeros,
que recorren la Antártida en cruceros de lujo, van para sacarse una
instantánea junto a los pingüinos y, en la mayoría de los casos, no
aprecian lo que tienen tras sus objetivos.
Reducción de los fondos para investigación
En grupos de varios miles de personas, estos turistas superan,
sobre todo en verano, a los científicos que pasean por la Antártida, y
la razón de esta diferencia está, según Cacho, en que la investigación
en España ha sufrido una "dramática" reducción del 25 por ciento.
"Ese
porcentaje es lo que nos permite hacer cosas", ha afirmado el
científico, quien ha alertado que esta disminución del presupuesto hará
que se reduzcan las becas, que los jóvenes investigadores se tengan que
ir al extranjero y que el rendimiento de la investigación en España baje
más del 50 por ciento.
Y, mientras esto ocurre, "vemos la
invasión de los turistas en la Antártida", apostilla el escritor, que no
culpa a los viajeros por querer conocer este rincón del mundo sino pide
que se cuide este territorio, que ha visto transformarse desde la
primera vez que fue en 1986.
En
la zona donde están situadas las bases españolas se nota de forma
palpable los efectos del calentamiento global ya que donde hace 25 años
había cuevas ahora ya no hay nada, ha destacado el escritor.
Según ha podido ver y estudiar, se está produciendo un deshielo generalizado y masivo, que, según dice, "impresiona observar".
Pero
esta situación puede aún empeorar, relata, y es que, en los próximos
200 años se va a asistir a un cambio que ha tardado 10.000 años en
ocurrir antes, avanza.
"Estamos perdiendo la cobertura de hielo
sobre todo en el Ártico, algo que no había pasado en los últimos 15
millones de años", ha afirmado Cacho, quien ha detallado que, por el
contrario, en la Antártida las manifestaciones no son tan evidentes.
A la pregunta "¿es tan grave como parece?", responde de forma
tajante: "creo que estamos preguntando demasiado, no se deja tiempo a
los científicos para trabajar".
Y continúa: "mi impresión es como
si tuviéramos a un paciente en la cama de un hospital y cada cinco
minutos le preguntáramos cómo está".
La enfermedad es grave
Sin
embargo, reconoce que "la enfermedad es grave porque estamos
multiplicando por 100 el calentamiento que podría tener la tierra".
La
solución más factible y sencilla para detener esta "enfermedad", según
el experto, pasa por reducir el consumo de agua, restringir el aire
acondicionado en los hogares y limitar la velocidad en las autopistas.
"El
movimiento ecologista no es proteger la vida del pajarito, consiste en
una implicación real para reducir el consumo", manifiesta el científico
quien está convencido de que con estas limitaciones no se resiente el
bienestar de las personas.EFEverde
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