Un proyecto pionero en España propone la cesión gratuita de huertos a cambio del reparto de la mitad de la cosecha, un trueque novedoso que contará además con la primera red social dedicada en exclusiva a la horticultura.
Acaban de arrancar los primeros huertos, con algo más de 350
usuarios, aún lejos de los 70.000 registrados en movimientos como el
británico landshare.net, que comenzó hace solo tres o cuatro años en
Gran Bretaña, Canadá, Australia o Estados Unidos.
En una
entrevista con Efe, el coordinador del proyecto, Santiago Cuerda,
explica que es la primera vez que una plataforma digital pone en
contacto de "forma masiva" a quienes tienen un terreno con aquellas
otras que desean cultivarlo, y sin mediar dinero de por medio.
Los
propietarios pueden ser también personas jurídicas, como colegios,
ayuntamientos o polígonos industriales cercanos a áreas urbanas, señala
Cuerda, miembro de Reforesta, la organización no gubernamental fundada
hace dos décadas y que ha puesto en marcha este proyecto hace menos de
seis meses.
Entre los fines perseguidos también figura hacer más
productivos los espacios verdes urbanos -"hay grandes superficies de
césped que podrían usarse"-; crear tejido social, fomentar la
biodiversidad en espacios ciudadanos, hacer ejercicio físico al aire
libre y aumentar la seguridad (y el paladar) de lo que se come.
Lo que no pretende es competir con las tiendas y está prohibido vender los productos. "Sólo es para auto-consumo".
El
paso inmediato -que ahora está en pruebas- es desarrollar una red
social propia, dedicada en exclusiva sobre la experiencia de los huertos
(mediante la plataforma en línea Ning).
Para apuntarse a la
iniciativa (huertoscompartidos.net) sólo hay que rellenar un sencillo
formulario para hortelanos y otro para propietarios.
Se generan
así dos bases de datos que se integran en una aplicación de Google Maps,
de modo que visualmente se localizan dónde hay personas buscando
terrenos y dónde hay personas o entidades dispuestas a cederlos.
Y Reforesta se encarga de posibilitar el contacto final entre las partes.
Además
de la cesión gratuita de terrenos, a cambio del 50% de la cosecha, otra
de las opciones es realizar una transacción basada en el intercambio de
terreno por conocimientos sobre horticultura en forma de clases
teóricas y/o prácticas; o hacer intercambios de muchas clases: trueques
por objetos de colección, pequeños trabajos o mejoras en la finca
compensatorios, etcétera.
Cada usuario es libre de acordar las condiciones finales que sean beneficiosas para ambos.
La
mayor parte de los usuarios actuales se localizan en grandes capitales y
en zonas de tradición hortelana (sureste de la península y Levante).
EFE
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