Las bombillas de Thomas Alva Edison
tienen sus horas contadas en el mercado europeo. A partir del 1 de
septiembre los tradicionales focos de menos de 60 vatios dejarán de
distribuirse en los 27 países de la Unión Europea
para fomentar el ahorro de energía. La iniciativa empezó hace tres
años, cuando se sacaron de circulación las bombillas incandescentes de
100 vatios. Entonces, la Comisión Europea anunció un calendario de
acción para terminar con los focos de Edison, que además de iluminar,
generan calor y son ineficientes. En 2010 y 2011 les llegó la hora
a las bombillas de 75 y 60 vatios respectivamente y con el fin de las
de menos de 60 vatios se concluirá la transición.
Desde el 1 de septiembre, las empresas europeas deberán dejar de
fabricar estas lámparas, pero los comerciantes que las tengan en sus
inventarios podrán seguir vendiéndolas hasta agotarlas. Santiago Erice,
experto en alumbrado de Philips España ha asegurado a la agencia Efe que todavía existen unas 8.000 bombillas de este tipo en circulación.
La medida de la UE busca fomentar el ahorro de energía y
sugiere a los consumidores que sustituyan las bombillas de menos de 60
vatios -que actualmente salen del mercado- por otras más eficientes y
menos contaminantes. Entre estas están las fluorescentes compactas de
larga duración, así como las luces halógenas. Mientras las primeras
suponen un ahorro de un 75% de energía, las segundas consumen entre un
25% y un 50% menos.
Otra alternativa son las lámparas LED. El problema de estos
artefactos es que su precio suele ser elevado. La ventaja, por el
contrario, es que pueden tener una duración mucho mayor que la de otras
opciones y además permiten un ahorro energético de hasta un 70%.
Los Veintisiete han estimado que con el reemplazo de las antiguas
bombillas por los nuevos sistemas de iluminación, Europa podrá ahorrar
cerca de 40.000 millones de kilovatios a la hora desde el año 2020. Esto
equivale a la energía que consumen 11 millones de hogares.
Pero el beneficio para el medio ambiente es mayor: las bombillas más
eficientes permitirán una reducción anual de las emisiones de dióxido de
carbono de hasta 15 millones de toneladas. De ahí que las
organizaciones ecologistas aplaudan la iniciativa. Rodrigo Irurzún,
coordinador del Área de Energía de Ecologistas en Acción
ha mostrado su satisfacción con el avance que ha tenido el calendario
de Bruselas. Irurzún asegura que las bombillas que hasta ahora estaban
en uso consumían la mayor parte de la energía en generar calor y en
menor medida en dar luz.
En todo caso, pese a su satisfacción, asevera que aún queda mucho por
hacer en este terreno. Irurzún argumenta que si bien las bombillas LED
consumen menos energía, tienen mercurio, por lo que sería un buen avance
crear puntos de recogida de las mismas. Además, sostiene que existe
desinformación entre la población sobre el ahorro energético y que
todavía persiste el derroche.
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