Los
científicos han elaborado una base de datos específica que reúne toda la
información disponible hasta el momento sobre las enzimas
ECOticias.
El trabajo, publicado en la revista ISME J del grupo Nature,
abre nuevas perspectivas para determinar la capacidad de
autodescontaminación de un suelo afectado por vertidos como el petróleo o
ciertos hidrocarburos aromáticos, a partir de la secuenciación del ADN
de microorganismos.
Los científicos han elaborado una base de datos específica que reúne
toda la información disponible hasta el momento sobre las enzimas y los
posibles microorganismos que las contienen y que, de forma natural, son
capaces de destruir ciertos contaminantes.
El sistema permite establecer la huella dactilar de cada ecosistema y
predice en qué suelos puede ser más eficaz la biorremediación, basada
en utilizar elementos naturales del propio hábitat para revertir la
degradación de un suelo contaminado.
“La plataforma explora el material genómico de organismos vivos en
busca de información sobre reacciones de biodegradación y ofrece un
perfil único para cada ecosistema. En otras palabras, da una visión en
tiempo real de las capacidades biodegradativas de un ecosistema, y por
tanto, de su capacidad para autodescontaminarse”, explica el
investigador del CSIC en el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica
Manuel Ferrer.
Técnicas de biología de sistemas
Para monitorizar la presencia o ausencia de estos microorganismos y
las propiedades que cada uno posee en suelos con diferentes condiciones,
los investigadores han aplicado distintas técnicas de biología de
sistemas como la genómica, basada en la secuenciación del ADN del suelo,
la proteómica, que supone la secuenciación de las proteínas en cada
momento del proceso, y la bioestadística, que consiste en la
sistematización y el cruce de datos.
“Cada ecosistema contiene millones de bacterias que a su vez
contienen miles de enzimas y evaluar la presencia o ausencia de las
mismas es casi imposible si empleamos los métodos de análisis genómicos
convencionales usados hasta la fecha”, señala Jesús Sánchez,
investigador del Instituto de Biotecnología de la Universidad de Oviedo.
Un proceso sostenible y más barato
Las aproximaciones metodológicas seguidas en el trabajo, incluida la
base de datos elaborada, supone para los científicos “una oportunidad
sin precedentes”. El estudio ha descubierto también que las capacidades
metabólicas de las enzimas y los microorganismos cambian cuando el suelo
se somete a distintos tratamientos de limpieza.
“De esta forma, podremos diferenciar ecosistemas que podrán ser más
fácilmente descontaminados de aquellos que no, es decir, permitirá
establecer diferencias en las capacidades descontaminantes y, por tanto,
predecir la eficacia de los tratamientos de biorremediación”, asegura
Ramón Rosselló-Móra, investigador del CSIC en el Instituto Mediterráneo
de Estudios Avanzados, centro mixto del CSIC y la Universidad de las
Islas Baleares.
Según el investigador del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología
Javier Tamames, “las técnicas de biorremediación permiten afrontar la
descontaminación de suelos aprovechando el potencial metabólico de
algunos de sus componentes para la limpieza. Se convierten así en una
alternativa más sostenible y barata que otros métodos para eliminar
residuos y contaminantes”.
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