La cuenca mediterránea pierde cada año entre 700.000 y un millón de hectáreas de bosque a causa de los incendios forestales, lo que supone unas pérdidas económicas que se calculan en unos mil millones de euros, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El fuego es la mayor amenaza para los bosques y las zonas
arboladas de los países de la cuenca mediterránea, donde el promedio
anual de incendios forestales en la actualidad se aproxima a 50.000, el
doble de los contabilizados en los años setenta.
El total de la
superficie forestal en la región del mediterráneo es de 73 millones de
hectáreas, lo que equivale al 8,5% de su área terrestre.
Según
datos publicados en la web de la FAO, ha habido un claro empeoramiento
de la situación en Grecia, donde se ha pasado de 12.000 ha afectadas en
los años setenta a 39.000 en 2011, también en Italia (de 43.000 a
118.000), en Marruecos (de 2.000 a 3.100), en España (de 50.000 a
208.000) y en la ex Yugoslavia (de 5.000 a 13.000).
La situación
en Portugal no es mucho mejor, pues las altas temperaturas, el fuerte
viento, los actos delictivos y los descuidos son las principales causas
de incendio que, hasta la fecha, ha dejado unas 20.930 hectáreas
calcinadas.
Según el mismo informe de la FAO, la superficie total
quemada ha permanecido relativamente estable en Croacia, Francia, Israel
y Turquía.
Sin embargo, el fuego no afecta por igual a los países
citados y muchas veces las series estadísticas "no coinciden" porque es
imposible medir con precisión la evolución de la catástrofe en todo
este territorio, ha dicho el subdirector general y responsable del
departamento forestal de la FAO, Eduardo Rojas, en declaraciones a
Efeverde.
Para obtener datos certeros de los incendios
ocasionados, "hay que relativizarlos con respecto a la superficie",
apunta Rojas, y no trabajar en términos absolutos porque "cada país es
diferente".
Por poner un ejemplo, mientras en Francia hay una
superficie forestal mediterránea que sólo llega al 20 %, en España este
ecosistema supone el 80 % del total de la superficie forestal.
Por otro lado, no existe un sistema armonizado de recogida de datos de superficies quemadas en los diferentes países.
En
este sentido, Rojas ha tildado de "catastrófico" la información
recopilada en Grecia, que incluso antes de la crisis apenas si
registraba datos de superficie quemada ni sobre las causas por las que
se habían ocasionado las llamas.
En Italia, en cambio, el sistema es "intermedio", mientras que Francia y España se ofrecen datos "más fiables".
En
cuanto a las tareas de extinción de incendios, Portugal contaba con
medios y estrategias precarias antes de 2005, pero después "mejoraron
bastante". Nuevamente, España y Francia son los países mejor situados,
con sistema de extinción "más desarrollado y más costoso", ha apuntado
Rojas.
Por otro lado, las superficies quemadas se han reducido en
un 50% en los últimos 10-15 años, porque se ha invertido más en
extinción, aunque sigue habiendo zonas "muy problemáticas", ha apuntado
el experto, como es la frontera entre Galicia y Castilla y León y en
general todo el noroeste de la península, donde se producen las "tres
cuartas partes de los incendios de todo el país".
En cuanto a las
causas, el 95 % de los incendios se producen por "causas antrópicas" y
el 5 % por causas naturales. Destaca el experto que en el noroeste están
determinados en gran medida por "el éxodo rural, el abandono y los
cambios en el uso de la tierra".
"Existe un problema estructural,
porque cada vez hay más superficies abandonadas en zonas agrícolas", ha
argumentado Rojas, y cita como por ejemplo los naranjales de Valencia,
que además "están mal gestionados y no son rentables".
En cuanto
al uso de biomasa, ha dicho, España está "a la cola de Europa porque se
ha promocionado muy poco y no ha habido una decisión social y política
consistente independientemente de los países y antes de la crisis, para
poner a los montes en producción mediante el uso de biomasa".
Además,
los presupuestos que se destinan a prevención son inferiores a los que
se dedican para extinción, así, en un ratio de 3 a 1, los países de la
cuenca mediterránea invierten 3 en extinción y 1 en prevención y gestión
de los montes, "una proporción bastante insana", ha dicho el experto.
En
Italia, las zonas más problemáticas son Sicilia, La Pulia y Cerdeña,
esta última poco poblada y básicamente con vegetación abundante de
alcornocales.
Fuera de esas zonas apenas hay incendios ya que la
vegetación es poco combustible y hay mejores suelos, ya que son menos
pedregosos y la sequía estival, aún siendo intensa, es menos larga que
en la península ibérica.
Francia no ha resultado especialmente
afectada por las llamas últimamente, excepto por el incendio del Alt
Empordà (Girona), que quedó a 500 metros de la frontera gala, cuando los
fuertes vientos de tramontana avivaron el fuego, que se extendió con
gran virulencia.
Según la FAO, los incendios forestales de la
cuenca del Mediterráneo son una parte importante de todos los que
ocurren en el mundo y pese a los esfuerzos realizados, "aún están lejos
de estabilizarse". EFEverde
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