Chiringuitos cada vez más responsables. A eso es a lo que aspira el ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el que a través de la Fundación Biodiversidad
ha elaborado un decálogo de buenas prácticas para los restaurantes a
pie de mar. El Gobierno eleva así a campaña institucional la defensa de
los chiringuitos que durante años ha realizado el PP, que sostenía que
la Ley de Costas, vigente desde 1988, amenazaba estas concesiones.
Greenpeace denuncia que se trata de otro distintivo —como el de las
banderas azules— que no tiene en cuenta la conservación ambiental de la
zona y lamenta que esta sea el emblema del Gobierno para el litoral.
La campaña veraniega de la Administración busca que los locales
cumplan con algunas prácticas ecológicas y que se comprometan con la
conservación del litoral. Entre esas prácticas incluyen algunas como
"desarrollar labores diarias de limpieza y conservación del entorno de
la playa". Los que así lo hagan, obtendrán un distintivo que acredite su
labor.
La iniciativa de Agricultura ha sido anunciada dos meses después de la aprobación del anteproyecto de la Ley de Costas, que flexibilizará las condiciones que regulan estos establecimientos.
La nueva norma, por ejemplo, dará permiso a estos restaurantes para
cuatro años, en lugar de tener que renovarlos actualmente. Para el
desarrollo posterior de la ley queda el cambio que previsiblemente
permitirá que estos establecimientos a pie de mar tengan más de 150
metros cuadrados, lo que deja la puerta abierta para que surjan locales
cada vez más grandes a la orilla de la playa.
Desde 2009, la regulación de los chiringuitos ha enfrentado a populares y socialistas. En su momento, Mariano Rajoy hizo una airada defensa de estos restaurantes
y argumentó que "forman parte de nuestro ser". El PSOE intentó aplicar
la Ley de Costas, que establece limitaciones de distancia y obliga a los
dueños a pagar un canon por ocupar el dominio público
marítimo-terrestre, lo que derivó en agrios choques en Andalucía y la
Comunidad Valenciana, principalmente.
Con el cambio de Gobierno, la Administración está empeñada en que los
establecimientos se comprometan a cumplir el decálogo de buenas
prácticas. Este contempla, entre otras cosas, colocar en el
establecimiento contenedores para el reciclaje de residuos; minimizar el
uso de agua y de energía; priorizar el uso de envases y recipientes
adecuados a criterios ambientales; mantener las instalaciones en
perfecto estado y también comercializar productos ecológicos y propios
de la zona donde estén situados.
Agricultura ha destacado que hasta el momento, 200 establecimientos
se han sumado a la iniciativa, desde distintas localidades del país.
El ministerio también ha anunciado la creación de un premio para
favorecer a los locales playeros que se adhieran a los criterios del
decálogo. La dotación económica del galardón asciende a un total de
24.000 euros, distribuidos en tres categorías.
Pilar Marcos, responsable de la campaña de Costas de Greenpeace,
criticó que esta sea la apuesta del Gobierno en materia de Costas: "Si
teníamos poco con las banderas azules ahora se suma otra etiqueta verde
muy discutible. No tienen en cuenta el uso del suelo para dar la
certificación, algo que debería ser el primer requisito". Según Marcos,
con estas bases, un macrochiringuito que incumpla la Ley de costas
podría obtener el distintivo.
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