Los
movimientos sociales que actúan en las zonas rurales de Brasil en
defensa de campesinos, indios, pescadores y descendientes de esclavos
anunciaron hoy que unificarán sus reivindicaciones para tener más fuerza
en sus manifestaciones y en posibles negociaciones con el Gobierno.
La unión de las fuerzas sociales rurales fue anunciada en una
rueda de prensa de dirigentes de varias organizaciones que tuvo lugar
hoy en Brasilia en el marco de un encuentro de trabajadores y pueblos
del campo, las aguas y los bosques, que se prolongará hasta el
miércoles.
Según los líderes sociales, la intención del encuentro
es acordar un programa único de acciones destinado al desarrollo rural y
que sirva como alternativa al que consideran modelo defendido por el
Gobierno, que sería el del monocultivo en grandes propiedades para la
exportación.
Los elementos clave en el modelo que negocian los
movimientos sociales son la reforma agraria, el fortalecimiento de la
agricultura familiar, la demarcación de las reservas indígenas y de
tierras de los descendientes de esclavos, explicaron los dirigentes.
5.000 representantes en un encuentro nacional
En el encuentro en Brasilia participan unos 5.000 representantes de grupos como el Movimiento de los Sin Tierra (MST), la Confederación Nacional de Trabajadores en la Agricultura (Contag), Vía Campesina, Movimiento de Pequeños Agricultores, Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil y Consejo Indigenista Misionero.
El
encuentro busca unificar el discurso de campesinos, pequeños
agricultores, colonos, pescadores, indígenas, recolectores de frutos de
la floresta independientemente de las banderas políticas e ideológicas
que representan.
Mundo rural y latifundios
El representante de Vía Campesina en Brasil, Joao Pedro Stédile, que durante muchos años fue el principal líder del MST, aseguró que Brasil necesita urgentemente reorganizar su modelo de producción rural y dejar de incentivar los latifundios destinados a la producción de materias primas de elevada demanda en el exterior como soja, maíz, carnes, azúcar y etanol, entre otras.
"La reforma
agraria es vital en Brasil, pero está estancada. Queremos una
reorganización de la agricultura para que podamos producir en el país
alimentos sanos, sin agrotóxicos, para el pueblo brasileño", afirmó
Stédile.
"Para eso es necesario darle condiciones de producción al
pobre y al campesino sin tierra. En el modelo de monocultivo
agroexportador, que es predador y excluyente, no hay lugar para los
pobres", agregó.
Según Stédile, actualmente viven en el campo 16
millones de brasileños en su mayoría pobres, de los cuales cuatro
millones son pequeños propietarios sin incentivos y otros cuatro
millones son de familias sin tierra.
Reforma agraria
"Ningún
programa de combate a la pobreza tendrá éxito sino prevé la reforma
agraria y cambios en la propiedad de la tierra", dijo por su parte el
secretario de Política Agraria de la Contag, William Clementino.
Según
Clementino, mientras que los grandes agricultores destinan su
producción al exterior, la agricultura familiar genera el 75 por ciento
de los alimentos consumidos por los brasileños.
La representante
de la Federación Nacional de Trabajadores en la Agricultura Familiar,
Elisángela Araújo, agregó que entre las reivindicaciones unificadas
también destacan asistencia técnica y acceso a tecnologías para los
pequeños productores.
Los organizadores del encuentro planean
terminar sus labores el miércoles con una marcha entre el Parque de la
Ciudad, en donde están acampados, y el Palacio de Planalto, sede de la
Presidencia, donde esperan que la mandataria Dilma Rousseff reciba un
documento con sus peticiones. EFEverde
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