Los granjeros en el sur de Asia y el África
subsahariana acuden cada vez más a sistemas de riego a pequeña escala,
conforme la sequía amenaza la seguridad de los suministros alimentarios,
según un informe del Instituto Internacional de Gestión de Agua (IWMI).
"Con la seguridad alimentaria de nuevo en la actualidad
agrícola internacional, y el cambio climático elevando la incertidumbre
de lluvia, es un momento oportuno para reconsiderar inversiones
relacionadas con la agricultura de regadío", indicó el estudio publicado
el viernes.
La tecnología de riego a pequeña escala, como bombas
motorizadas y conducciones para acceder a agua subterránea, podrían
costar a un pequeño terrateniente subsahariano 250 dólares o más, pero
podría elevar su producción entre u
n 75 y un 275 por ciento, según el
texto.
"Hay factores en marcha que podrían llevar al mundo a
otra crisis alimentaria, como en 2007-2008, provocada por una sequía en
EEUU y el retraso e irregularidad del monzón del sur asiático", señaló
en una entrevista Colin Chartres, director general IWMI.
"Si hay más inversión en riego a pequeña escala,
significa que el suministro de comida en esos países es más seguro. No
sustituirá la necesidad por cosechas básicas de cereales, pero da a los
agricultores más seguridad contra una crisis alimentaria".
Los sistemas de riego a pequeña escala suelen cubrir
áreas de menos de dos hectáreas. Los granjeros suelen iniciar y
financiar el equipo de forma individual o en pequeños grupos, y utilizan
tecnologías de bajo coste como cubos, regaderas y bombas.
En Ghana, unas 185.000 hectáreas cuentan con sistemas
de riego a pequeña escala, beneficiando a medio millón de pequeños
terratenientes, y unos 180.000 granjeros de Burkina Faso riegan las
cosechas de verduras en la temporada seca con estos mecanismos, según
estimaciones del IWMI.
La producción de verduras casi se ha triplicado en
Burkina Faso a 160.000 toneladas en 2005, desde 60.000 toneladas en 1996
y sigue creciendo, señaló el informe.
Hasta ahora, los inversores en zonas agrícolas se han
centrado en sistemas de riego a gran escala gestionados por el Gobierno o
grandes compañías, que recogen agua de miles de hectáreas en embalses.
Pero el estudio afirma que doblar las zonas con estos
sistemas en el África Subsahariana sólo aumentaría la contribución de la
agricultura de regadío al suministro alimentario en un 11 por ciento
para 2050, frente al 5 por ciento actual.
"Si seguimos como las prácticas que hasta ahora, casi
necesitaríamos doblar (el agua que extraemos) para 2050, y no la
tenemos", dijo Chartres.
"Vamos a tener que dar con formas de hacer que el agua
dé mucho más de sí si vamos a cultivar un 70 por ciento más de comida
para 2050 con en torno a un 10 por ciento menos de agua de la que
utilizamos hoy".
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