miércoles, 15 de agosto de 2012

Medio Ambiente estudia ayudas por el fuego de O Barco para obras públicas y descarta a particulares

Un vecino de A Veiga de Cascallá, en Rubiá, impotente ante la proximidad del fuego.  // Brais LorenzoViviendas y propiedades quemadas, ocho pueblos desalojados, centenares de vecinos damnificados y dos días de pánico han dejado paso al balance de daños en Valdeorras, que tras el ambiente infernal del fin de semana ayer saboreó la lluvia. El conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, Agustín Hernández, aseguró en Ourense que la Xunta estudia abrir una línea de ayudas para paliar los daños del incendio voraz que consumió más de 1.600 hectáreas €un tercio de monte arbolado con especies de alto valor€ y causó desperfectos en bienes públicos y propiedades de vecinos damnificados, incluidos casas, alpendres, coches y cultivos agrícolas y vitivinícolas. Las compensaciones se prevén, sin embargo, solo para realizar obras de carácter público. El conselleiro descartó ayer dotar ayudas a los vecinos que han sufrido pérdidas porque, según manifestó, deben ser las compañías aseguradoras las que se hagan cargo de efectuar pagos.
Los concellos afectados confían en el respaldo de la administración para recuperar la calma y resarcir los daños de un incendio que sembró el caos entre el viernes y el domingo, con alerta máxima por la virulencia y proximidad de las llamas que obligaron a desalojar ocho localidades, quemaron cinco viviendas y varias construcciones agrícolas, y afectaron a tendidos de alumbrado público y telefonía. Siete personas tuvieron que ser atendidas por intoxicaciones de humo.
El municipio de O Barco, donde las llamas llegaron a saltar el sil de orilla a orilla, espera la evaluación de técnicos y peritos para cifrar la dimensión de las pérdidas. Según explica el alcalde, Alfredo García (PSdeG), "es preciso saber qué haremos con los residuos quemados en el punto limpio" €que se vio afectado€ "y que valoren las dos máquinas calcinadas en la planta de compostaje, para ver si es preciso arreglarlas o no". El fuego devoró líneas de alumbrado que fue repuesto de forma provisional y tendrá que ser sustituido. También se vio afectada una pasarela peatonal. García cree que la evaluación de desperfectos llevará "algún tiempo".
Sobre los daños que sufren los vecinos €tres casas, dos de ellas habitadas, y cobertizos resultaron calcinados€, el regidor confía pese a las declaraciones del conselleiro Hernández en que "haya ayudas tanto a nivel municipal como autonómico, porque es la administración que debe hacerse cargo". La Policía está recabando datos de las personas afectadas para que el arquitecto municipal realice una valoración a posteriori. Fuentes de la Xunta apuntan que se estudia la letra del decreto aprobado por el Gobierno Central tras la catástrofe incendiaria de Cataluña y Valencia para determinar si los afectados de Valdeorras pueden estar cubiertos.
Por su parte, en el concello de Rubiá, adonde se propagó el fuego iniciado en O Barco obligando a desalojar dos aldeas y manteniendo en vilo a otras tres, las preocupaciones pasan por evitar que el arrastre de suelo y cenizas con la llegada de las primeras lluvias no afecte a los puntos de captación de agua en las localidades de O Barrio, O Castelo y A Veiga de Cascallá. El fuego se llevó por delante propiedades agrícolas y una casa abandonada. Según el alcalde, Elías Rodríguez (PP), otras de las necesidades será arreglar caminos y carreteras afectados por la maquinaria pesada del operativo de extinción.
Los forestales creen que el gran frente se produjo por el rebrote de un fuego intencionado con dos posibles focos
Un fuego de la noche anterior que quedó mal apagado y la acción cambiante del viento desatado pasado el mediodía del viernes son los factores más probables del gran frente que sembró el terror en Valdeorras calcinando más de 1.600 hectáreas, un tercio de arbolado. Tras las labores de extinción, una tarea que la Xunta daba por realizada a última hora de la tarde de lunes, los especialistas peinan el monte para intentar descubrir las circunstancias y la causa del mayor fuego de lo que va de año, un frente infernal, según los testigos, que obligó a desalojar a más de 200 personas de diferentes aldeas, sitió localidades, quemó viviendas, pajares y tendidos. Las llamas saltaron incluso por encima del cauce del río Sil.
La investigación corre a cargo de la Guardia Civil y de los agentes forestales de Medio Rural, funcionarios con conocimientos técnicos para determinar el foco de origen y el modo de propagación de las llamas. Las indagaciones no están cerradas. Según fuentes consultadas por FARO en el colectivo, el gran frente de O Barco se agigantó debido a las condiciones meteorológicas, a la acción del viento y una posible deficiencia en la primera labor de extinción de un rebrote. "En un primer momento la superficie era realmente pequeña, en una zona despejada, y el helicóptero que estaba atacando el punto solo estaba a 3 kilómetros de un depósito de agua, por lo que podía realizar cargas y baldeos con relativa rapidez", indicaron estas fuentes.
El incendio se originó a consecuencia del rebrote de un fuego aparentemente intencionado €los forestales barajan la hipótesis de dos posibles focos€ que se inició alrededor de las 23 horas del jueves en Santigoso (O Barco) y de madrugada se dio por controlado. El punto se reavivó a la una de la tarde del viernes y desató el caos posterior.

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