Los vecinos de los pueblos salmantinos de la Reserva Regional de Caza de Las Batuecas han logrado, después de cinco años, que no se hayan registrado incendios forestales intencionados en el mes de julio, gracias a la colaboración entre Medio Ambiente y un amplio grupo de voluntarios.
Jóvenes y mayores de pueblos como Monsagro, Serradilla del
Arroyo o Guadapero salen cada día a "patrullar" los parajes más
amenazados del Parque Natural de Las Batuecas-Sierra de Francia, donde
se encuentra una de las reservas de caza más codiciadas, en la que
abunda la cabra montesa, el corzo y los bosques de castaño.
El
récord negativo de incendios forestales se registró "por desgracia",
explica el alcalde de Monsagro, Ángel Mateos, el pasado verano, cuando
se contabilizaron 9 fuegos intencionados entre el 24 de julio y el 22 de
octubre.
Muchos se iniciaron por la noche o a última hora de la tarde, al ponerse el sol, para impedir el trabajo de los medios aéreos.
GVESA-6
Ahora, entre las gentes de estos pueblos, se ha abierto una
convocatoria para que los vecinos que quieran formen parte del grupo de
protección civil denominado GVESA-6, en el que ya hay alrededor de 70
personas, sobre todo de Monsagro y de Serradilla del Arroyo.
La
guardería de Medio Ambiente en Salamanca ha dotado a este grupo con ropa
adecuada y los medios necesarios para realizar las tareas de
vigilancia.
Incluso, los voluntarios que patrullan Las Batuecas
disponen de un "walkie talkie" que les permite estar conectados las
veinticuatro horas con el Servicios de Extinción de Incendios de la
Junta de Castilla y León, al que avisan cuando inician y finalizan el
servicio de vigilancia.
Primer mes de julio sin incendios
De
momento, los voluntarios de GVESA-6 y las autoridades locales se
muestran satisfechas con los logros obtenidos, aunque reconocen que aún
queda mucho verano, a pesar de que hace muchos años que no tenían un mes
de julio sin incendios forestales.
El sector turístico de Las
Batuecas se muestra muy preocupado por estas prácticas incendiarias, ya
que si las llamas se cuelan en la Reserva Regional, se perderá gran
parte del potencial paisajístico.
Lo mismo ocurre con las empresas
dedicadas a la explotación de la caza, conscientes de que los incendios
contravienen el mantenimiento de especies tan ansiadas por los
cazadores como la cabra montesa.
Por su parte, los vecinos y las
corporaciones locales entienden que los incendiarios deberían de ser
conscientes del peligro real, ya que existe mucho temor a que en uno de
los fuegos intencionados las llamas se cuelen en el casco urbano.
Cómo se prende un fuego
Desde 1999, los
incendios forestales han sido la tónica habitual en estos pueblos,
donde los incendiarios no tienen pudor para provocar incendios mediante
la colocación de mechas con retardo, aparecidas en los últimos años tras
las investigaciones pertinentes una vez extinguido el fuego.
También
utilizan los excrementos del vacuno para incendiar, ya que los dejan
prendidos y tardan varias horas en arder, hecho que aprovecha el
incendiario para huir del lugar de las llamas.
A pesar de los
continuos incendios, nadie tiene una pista clara de quién o quiénes
podrían ser los autores de estos delitos, a pesar de la gran cantidad de
fuegos intencionados que se han repetido en los últimos doce años.
EFEverde
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