Las excavadoras y los camiones se cruzan en los terrenos desolados por el tsunami en la localidad de Ofunato (noroeste), donde las labores de reconstrucción continúan dos años después mientras sus habitantes viven en alojamientos provisionales esperando a volver.
El reloj de la ciudad costera de 40.000 habitantes se paralizó a
las 15.25 horas del 11 de marzo de 2011 cuando llegó una ola de más de
23 metros de altura y causó la muerte y desaparición de 420 personas.
De
día es una ciudad fantasma. Nadie pasea por sus aceras y no se ve
ningún coche aparcado en la calle, sólo se oye el martilleo de las
excavadoras que demuelen lo que quedó de los edificios y limpian los
terrenos.
A las cinco en punto, a través de los altavoces suena a
diario la canción "Yesterday" de los Beatles, que anuncia el final de la
jornada de trabajo.
Es entonces cuando la ciudad cambia de
aspecto y los aparcamientos de los hoteles se llenan de vehículos con
matriculas de otras provincias vecinas y los logos de constructoras y
compañías eléctricas.
"Desde hace meses, ya están todas las
habitaciones reservadas por las empresas que trabajan aquí en las
obras", explicó a Efe una empleada del Fukutomi, uno de los hoteles
donde se hospedan y se relacionan los trabajadores.
A pesar del despliegue, el plan de reconstrucción progresa muy lento para desesperación de los afectados.
El
Gobierno amplió recientemente el presupuesto para la reconstrucción de
25 billones de yenes (208.000 millones de euros) que se aplicará hasta
marzo de 2016.
Lo primero que se tuvo que hacer es un estudio
sobre la altura que pueden alcanzar nuevos tsunamis para fijar los
emplazamientos de unas 300.000 edificios que quedaron completa o
parcialmente destruidos en el norte del país.
En las provincias
Iwate y Miyagi se planea construir 21.000 viviendas publicas, llamadas
Casas de Reconstrucción, pero hasta ahora solo se ha empezado el 6 por
ciento.
En la de Fukushima el objetivo es conseguir entregar en
marzo de 2015 entre 3.000 y 4.000 viviendas, lo que supone el 55 por
ciento de lo planeado.
El mayor problema en esta zona afectada
también por el accidente nuclear causado por el tsunami es encontrar los
terrenos adecuados y saber dónde se van a colocar los depósitos de
tierra contaminada.
Además, a esto se suman los problemas
burocráticos relacionados con las herencias y la titularidad de los
terrenos y la falta de materiales para la construcción, sobre todo
hormigón.
Actualmente, 310.000 evacuados siguen viviendo en las
casas temporales en medio de las montañas y en alojamientos de alquiler
facilitado por las autoridades.
El plan de evacuación y de
viviendas temporales se diseñó en 2011 para un periodo máximo de tres
años, pero el Ministerio de Salud y Bienestar está estudiando
prolongarlo un año más, mientras aumentan el malestar de los afectados y
las críticas a las autoridades.
La situación se puede observar
muy claramente en Ofunato, en la provincia de Iwate, donde a la espera
de que se construyan 800 viviendas, unas 600 personas han decidido
reparar sus casas por su cuenta.
Pero la costa plantea retos
importantes para ellos, y a muchos ya no se les permite volver a la zona
damnificada al lado del mar porque está calificada como "peligrosa".
La
costa norteña se caracteriza por numerosas bahías formadas entre
montañas, una geografía que facilitó la subida del agua tras el
terremoto de 9 grados en la escala de Ritcher.
Ello hace muy importante construir un malecón cuanto antes para comenzar la reconstrucción.
"Se
han dado mucha prisa en presupuestar un muro contra tsunamis, pero esto
está retrasando la reconstrucción y el realojamiento, además no se ha
diseñado una estrategia de evacuación para hacer frente a una nueva
tragedia", explicó a Efe Hiroshi Ota, profesor de arquitectura de la
universidad de Tokio, que trabaja en varios proyectos de la zona.
EFEverde
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