sábado, 31 de marzo de 2012

Lo que faltaba: biotecnología casera








En un callejón trasero del casco antiguo de Manchester, hoy rebosante de estudiantes y bares, unas 20 personas se congregaron para hacer algo inimaginable hace pocos años.
Están ahí para asistir a una sesión del club de ciencia MadLab (laboratorio loco), y esta tarde estará dedicada a la biología para aficionados.
Sin embargo, en esta ocasión no se trata de meros estudios de mariposas o la búsqueda de organismos en un estanque. Están practicando lo que se conoce en inglés como DIYBIO (biología que hace usted mismo), y forma parte de un movimiento que empezó en Estados Unidos y cuyo objetivo es jugar con genes, manipular la naturaleza.
La tarea de esta noche es ensamblar dos nuevas piezas de equipamiento: un aparato conocido como PCR, capaz de copiar pequeñas secuencias de ADN.
Hasta hace tan sólo instituciones científicas podían permitirse este tipo de equipo.
Sin embargo, esta máquinas ahora apenas cuestan unos cuantos cientos de dólares. La tecnología avanzada es cada vez más barata y por lo tanto mucho más accesible.

El científico aficionado
En el lugar se respira entusiasmo y los distintos componentes se ensamblan con premura.
El organizador, Asa Calow, cree en el valor de estos científicos aficionados.
Según explicó, las revoluciones industriales resultaron del vapor y las computadoras fueron impulsadas por individuos creativos como Bill Gates y Steve Jobs durante los 70 en California, quienes lo hicieron encerrados en garajes cambiando el mundo.
Su visión es que la próxima revolución será biológica y el "hágalo usted mismo" jugará un papel clave.
La próxima meta del grupo es comprar una sintetizadora de genes ¿Su precio en eBay? US$1587.
Con ella, los aficionados podrán crear nuevos genes y por lo tanto, en teoría, nuevos tipos de organismos.
Llegados a este mundo a algunos les sonarán las voces de alarma.
¿Qué pasa si los entusiastas llegan a cocinar un organismo sintético que demuestra ser inesperadamente dañino y éste se escapa digamos que deslizándose por las tuberías o debido a unas manos mal lavadas?

Riesgos
Cosas más raras pasaron de verdad. En 2007 un virus escapó de unos laboratorios en Surrey, en el sudeste de Reino Unido.
En aquella ocasión BBC reportó que el centro estaba trabajando en una vacuna contra el virus cuando éste se escapó.
Ya existe incluso un nombre para este fenómeno "bio-errores". Según Asa, para evitar estas situaciones siguen una serie de normas "al pie de la letra" y así impedir que algo salga mal.
Un código de conducta para aficionados les guiará en todo momento.
Sin embargo, ¿qué pasa con consecuencias no intencionadas, no sólo parte de entusiastas sin también de docenas de laboratorios académicos o investigadores en corporaciones de Estados Unidos, China o Reino Unido?
Hace tres años la compañía aseguradora Lloyd’s identificó a la biología sintética como un "riesgo emergente".
Según describieron en un reporte, es una "nueva y excitante tecnología" pero advirtió de peligros inadvertidos.
"Es posible que dos o más partes benignas de ADN interactúen de un modo más riesgoso que la suma de todas las partes".
"En el laboratorio este riesgo es, discutiblemente contenible, así como en un proceso industrial controlado, pero una vez en el medio ambiente los riesgos son mayores".

Bloqueo comercial
El pasado mes una coalición de más de 100 grupos ambientalistas hicieron un llamado para que restrinja la entrega de productos de biología sintética
En un estudio que entregaron describen a esta nueva ciencia como "ingeniería genética extrema", lo que indica que la batalla contra la manipulación de genes está lejos de terminar.
Afirman que las regulaciones actuales son inadecuadas para tan radical tecnología.
Compañías multinacionales podrían terminar patentando y siendo amos de procesos industriales enteros y los nutrientes necesarios para fabricar bacterias sería cultivados en naciones en desarrollo, desplazando el cultivo de alimentos.
Análisis militares alertan además del llamado bioterrorismo, es decir, el uso de armas biológicas mortíferas.
Pero estas mismas preocupaciones surgieron nada más empezar a realizarse los primeros experimentos genéticos.
En una entrevista realizada hace 20 años al profesor Malcom Dando de la Universidad de Bradford, éste dijo que la ingeniería genética era una tecnología de "doble uso", maligno y benigno.
Puede dar lugar a drogas que nos salven la vida o a organismos peligrosos.
Ahora afirma lo mismo de la biología sintética, no a corto sino a largo plazo.
Sondeó a unos 3.000 científicos en biología preguntándoles si eran conscientes de que su trabajo podría tener ese doble filo.
La conclusión es que pocos habían pensado en ello.

Regulaciones internacionales
¿Entonces qué opciones tenemos? El centro internacional Woodrow Wilson en Estados Unidos intenta encontrar la respuesta.
Está diseñando un plan para supervisar cuidadosamente estos procedimientos y elaborar unas regulaciones mucho más rígidas.
El objetivo, según el director del proyecto David Rejeski, es maximizar los beneficios y minimizar los riesgos.
De igual forma, un reporte de la London School of Economics reivindica la continuidad de un diálogo entre las partes de este debate así como una flexibilidad en la evolución del "arte de gobierno".
A principios de los 90, la ingeniería genética surgió con una serie de objetivos espectaculares: las grandes empresas parecen estar introduciendo cada vez más nuevos alimentos a los desprevenidos consumidores para aumentar sus beneficios.
Los biólogos sintéticos están desesperados por evitar que esto se repita. Ética y seguridad, dicen, se aseguran al principio de cada proyecto.
Los organismos son diseñados con "botones de suicidio", así que pueden destruirse si se escapan.
Los primeros productos, tales como detectores de parásitos e infecciones, podrían ser muy útiles.
Sin embargo, cuanto más fácil y barato es el jugar con la biología, aparecerán por seguro nuevos cuestionamientos éticos.

Apoyo "condicional"
En 2009-10 dos consejos de investigación británicos, el Consejo de Investigación de Ciencias Biológicas (BBSRC) y el Consejo de investigación de Ciencias Físicas (EPSRC) expresaron los puntos de vista de 160 miembros.
Estos dijeron que darían su apoyo "condicional" a la biología sintética y dijeron que temían sobre el impacto y los beneficios de las medidas de control.
La conclusión clave fue que las leyes actuales podrían no ser adecuadas para realizar una correcta supervisión.
Por lo tanto, se espera que el tema de la regulación de todavía mucho que hablar a medida que la biotecnología sea más accesible.
Escuchando la animada charla de MadLab en Manchester uno creería que esta clase de experimentos ofrecen una gran oportunidad.
Ves a los investigadores trabajando y sientes la pasión que surge al inicio de una nueva era.
Pero lees los reportes de los ambientalistas y da la impresión que enfrentamos una pesadilla futura.
¿Dónde terminará todo esto? Como en pasadas revoluciones, es muy pronto para saberlo.




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