¿Quién vigila a los vigilantes? La cita, perteneciente a la Sátira VI
del poeta romano Juvenal, hace referencia a lo difícil que es forzar a
alguien a tener un comportamiento moral adecuado, cuando los que
custodian esa moral son corruptos. Sirva un ejemplo medioambiental. Augas de Galicia, organismo dependiente de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas
—el órgano competente en vigilancia ambiental— ha optado por fragmentar
en dos el proyecto de construcción de una senda fluvial en el río Tea,
en Pontevedra, a pesar de que se trata de una pista peatonal
ininterrumpida que transcurre entre los Ayuntamientos de Mondaríz,
Mondaríz-Balneario y Ponteareas. Esto supone, además, una clara
violación de la legislación sobre evaluación de impacto ambiental (Real Decreto Legislativo 1/2008) al no considerar los efectos acumulativos y sinérgicos de los dos subproyectos.
Fuentes oficiales de la consellería han declarado que los dos
proyectos “se están terminando de redactar” y que no es cierto que se
hayan dividido para “escapar” de ningún trámite ambiental, sino que se
ha decidido tramitar dos proyectos “básicamente para que la gestión de
los terrenos sea más sencilla”. Una sencillez que parece haber sido
prioritaria ya desde mayo de 2011, cuando la extinta Empresa Pública de
Obras y Servicios Hidráulicos, dependiente de Augas de Galicia,
formalizó, sin concurso previo, el contrato con la empresa de ingeniería
Insitu, SL, para la redacción de los proyectos por un presupuesto de
59.995 euros, cinco euros menos del límite legal mínimo que obliga a
convocar un concurso público.
La Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN)
ya ha exigido una evaluación conjunta de impacto ambiental y sospecha
que la presentación y adjudicación dividida, una para el término
municipal de Mondaríz y otra para el de Ponteareas, por un importe más
bajo, “podría ser para facilitar la adjudicación directa”.
En una información difundida a los medios de comunicación el 6 de
mayo de 2011, el conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández,
aseguró que la Xunta iba a crear “una ruta fluvial de siete kilómetros
en el río Tea a su paso por esos municipios” y que también acometería
“el saneamiento de la zona”, para lo que Augas de Galicia gestionaría un
presupuesto de 2,3 millones de euros. Según el director del proyecto,
Francisco Alonso, cada uno de los tramos de senda costará en torno a
300.000 euros. “Que haya tres contratistas diferentes es para agilizar
la construcción y mejorar la operatividad para poder cumplir con los
plazos”, aclaró Alonso contradiciendo la versión oficial de la
consellería. Los plazos son los que impone la Unión Europea a través del
programa operativo Feder Galicia 2007-2013, para cofinanciar el 75% de
la obra dentro de su segunda convocatoria, y cuya partida de fondos
“tienen que justificarse este año”, como asegura el alcalde de
Ponteareas, Salvador Gonzalez (PP).
Parece que los proyectos tampoco están en fase de redacción, como
indican desde Medio Ambiente. El alcalde de Mondaríz, Julio Alén (PP),
declaró que la obra “se encuentra en fase de exposición pública” y ya ha
pasado por el pleno del Ayuntamiento. Las obras en ese tramo se
limitarán a ampliar un sendero que ya existe y que, según Alén, discurre
en su mayor parte por un terreno de dominio público, por lo que “se van
a tener que realizar pocas expropiaciones”. Desde las oficinas técnicas
de ambos municipios han confirmado que, a día de hoy, aún no les han
notificado ningún expediente de expropiación.
En el documento de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e
Infraestructuras para presentar el proyecto se alude a la pretensión de
“equilibrar su obligación de establecer criterios de eficiencia
ambiental, con la de dar a las empresas las facilidades para que puedan
hacer efectivo su compromiso con la sostenibilidad”.
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