La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) de Ecuador ha declarado la alerta naranja en cuatro provincias situadas en zonas de influencia del volcán Tungurahua, que en los últimos días ha registrado un incremento en su actividad.
La declaración implica la inmediata activación de los Comités
de Operaciones de Emergencia (COE) de las provincias de Tungurahua,
Chimborazo, Pastaza y Bolívar, así como del personal de la Subsecretaría
de Respuesta de la SNGR de dichas zonas.
El subsecretario de
Respuesta de la SNGR, Felipe Bazán, indicó a Efe que con la medida se
busca "tomar medidas preventivas para salvaguardar la vida, los bienes,
servicios y ambiente frente al incremento de la actividad volcánica en
el Tungurahua".
Recordó que en el entorno del volcán Tungurahua
están las cuatro provincias mencionadas y "la afectación varía de
acuerdo a la velocidad, intensidad del viento, la lluvia y otros
factores".
Bazán señaló que la evacuación de personas "no está
considerada todavía pero, si es necesario, sí", aunque aclaró que no
sacarán "a nadie por la fuerza".
El Instituto Geofísico informó
hoy que el volcán presenta una actividad considerada como "moderada a
alta", caracterizada por explosiones, que están acompañadas de un
constante tremor (temblor constante) de emisión, bramidos de diferente
intensidad y rodar de bloques por los flancos del volcán.
Las columnas de emisión observadas alcanzaron una altura media de 1,5
kilómetros sobre el nivel del cráter, presentando un contenido de ceniza
de bajo a moderado y con dirección occidente y nor-occidente.
El informe del Instituto añade que se reportó caída de ceniza en las poblaciones de Pillate, San Juan y Manzano.
El informe del Instituto añade que se reportó caída de ceniza en las poblaciones de Pillate, San Juan y Manzano.
"Con
la cámara térmica se pudo determinar la presencia de depósitos
correspondientes a un flujo piroclástico que descendió por el borde
nor-occidental del volcán", agrega al apuntar que este fenómeno "puede
repetirse y afectar a zonas pobladas".
Cerca de la medianoche, el
Instituto informó de que desde las nueve de la noche del viernes (02.00
GMT del sábado), el volcán registró "un incremento en la energía y
amplitud de la señal sísmica de tremor asociado con emisiones de gases y
ceniza, y varias explosiones de diversa intensidad".
En un
informe especial precisó que superficialmente la actividad se manifiesta
con fuertes bramidos y cañonazos, que generan vibración de suelo y
ventanales en las zonas aledañas del volcán.
Pese a que la zona se
encontraba cubierta de nubes, los científicos que vigilan al coloso en
el observatorio "Guadalupe" del Instituto ubicado a unos 10 kilómetros
de distancia, habían logrado observar con dispositivos de visión
nocturna un "intenso" brillo de incandescencia en el cráter.
El
Instituto no descartó tampoco la posibilidad de que se generen "flujos
piroclásticos", por la expulsión de rocas candentes que salen del cráter
varios cientos de metros hacia arriba para caer luego por los flancos
de la montaña.
Tras precisar que no se pueden predecir este tipo
de fenómenos, el Instituto sugirió anoche a las poblaciones cercanas al
volcán que se mantuviesen atentas a las medidas que pudieran adoptar las
autoridades, y recomendó tomar "acciones preventivas" para proteger la
seguridad de las personas en las zonas de mayor peligro.
El
Tungurahua, de 5.016 metros de altitud y situado en el centro de los
Andes ecuatorianos, a unos 80 kilómetros al sur de Quito, empezó su
actual proceso eruptivo en 1999 y desde entonces ha intercalado periodos
de alta actividad con lapsos de relativa calma. EFEverde
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