Los
masivos apagones que dejaron esta semana sin luz a la mitad de la India
ponen de relieve que el déficit energético es un reto mayor para este
gigante asiático y potencia emergente de 1.210 millones de habitantes.
El problema es evidente desde hace décadas en un país
acostumbrado a cortes de suministro por una carencia del 10 % de
electricidad, pero nunca había habido un colapso de la magnitud del que
afectó al norte, este y noreste en las postrimerías de julio.
Durante
horas, los hospitales tuvieron que recurrir a suministros de
emergencia, se paralizaron cientos de trenes y los metros de las
ciudades de Nueva Delhi y Calcuta, se detuvieron plantas de agua,
centrales nucleares, y empresas e industrias cerraron.
Mala
gestión, mayor consumo del autorizado por parte de determinadas
regiones, fallos en la distribución, un deficiente monzón o
insuficientes depósitos de carbón en centrales térmicas son algunas de
las causas esgrimidas a Efe por expertos del sector.
El Gobierno,
que cambió al titular de Energía en plena crisis, ha abierto una
investigación pero de momento sigue sin ofrecer demasiadas claves para
entender por qué más de 600 millones de personas se quedaron sin luz en
medio del bochornoso verano indio.
Las estadísticas muestran una
realidad palmaria: que el consumo de electricidad en el gigante asiático
casi se ha cuadruplicado desde la liberalización económica impulsada a
principios de la década de 1990.
La industria, con más de la mitad
del pastel, se ha consolidado como el principal causante de esta
tendencia en un país que irrumpe en la escena internacional y cuyo PIB
ha crecido más que nunca durante la última década.
Consumo doméstico
Además,
el consumo doméstico, que ya representa un quinto del total, gana
terreno al calor de la incorporación paulatina de millones de ciudadanos
a la clase media.
Según el experto del Instituto de Energía y Recursos (TERI)
Shahid Hasan, el incremento de la demanda no ha sido correspondido por
las autoridades, que "han fallado sistemáticamente" en el último medio
siglo en sus planes de aumento de la capacidad de generación.
Hasan
sostiene en declaraciones a Efe que los programas quinquenales se han
quedado siempre, salvo excepciones, sobre la mitad del objetivo
planteado, lo que hace "tambalear" el ambicioso propósito de añadir
90.000 megavatios a la red entre 2012 y 2017.
Para mayor escarnio,
la red de distribución india pierde gran cantidad de energía y está
formada por una terna de empresas públicas a menudo endeudadas que ponen
en aprietos financieros a las entidades generadoras de energía del
comienzo de la cadena.
El déficit se ha convertido de esta manera
en algo estructural pese a que el país cuenta con uno de los consumos de
electricidad per cápita más bajos del mundo: equivalente a un tercio
del de China, un décimo del francés o una vigésima parte que en EEUU.
De hecho, decenas de millones de personas, sobre todo en áreas rurales, tienen un acceso deficiente a la red o carecen de él.
"En
muchas zonas, la población está en modo de supervivencia. El clima
ayuda a esta coyuntura. Esta gente vive sin recurrir a energía, algo que
no podría suceder en Occidente", explica a Efe el analista P.
Sellamuthu, del Instituto Indio de Gestión de Energía.
La falta de
electricidad golpea además con mayor fuerza a las clases más bajas
puesto que las más pudientes acostumbran a disponer de generadores para
hacer frente a los frecuentes cortes de suministro.
Costosos aparatos
Estos
costosos aparatos son algo casi obligado para muchos comerciantes o
empresarios del país, pues sus ventas o producción se verían
considerablemente mermadas sin ellos.
"La crisis energética afecta
a la producción, los precios suben y tenemos que comprar generadores y
baterías, algo que cuesta un montón", argumenta a Efe Rajendra Kumar,
propietario de una tienda de ultramarinos en el centro de Nueva Delhi.
La
India paga una enorme factura de petróleo y aunque cuenta con una de
las mayores reservas mundiales de carbón, la baja calidad del mineral en
territorio indio conduce a muchas centrales térmicas a importarlo del
exterior a un precio incluso más bajo.
Con todo, el carbón es
según datos oficiales la fuente más utilizada en el gigante asiático
para generar electricidad (54 %) por delante de la hidráulica (22 %), y
del gas y las energías renovables, con un 10 % de la producción cada
una.
La nuclear es todavía algo muy residual (3 %) y, según el
analista Sellamuthu, podría ser una alternativa para el futuro aunque
admite que en el país existe "un problema de percepción". EFE
No hay comentarios:
Publicar un comentario