Las
agroindustrias multinacionales y de gran escala han sido acusadas por
décadas de haber sido algunos de los mayores causantes del cambio
climático
Gabriela Ramirez Galindo
El sector privado jugará un papel importante en la protección de
los bosques amazónicos en la medida que trate de conectarse con
mercados futuros que promuevan la sostenibilidad, dijo un científico del
Centro Para la Investigación Forestal Internacional.
Las agroindustrias multinacionales y de gran escala han sido acusadas
por décadas de haber sido algunos de los mayores causantes del cambio
climático –talando grandes extensiones de frondosos bosques tropicales,
principalmente para la cría de ganado y el cultivo de soya.
Cada vez está más claro que necesitan cumplir las regulaciones
ambientales. Regulaciones que muchos estados brasileros están dispuestos
a hacer cumplir como resultado de compromisos internacionales para la
producción sostenible. También tienen que adaptarse a los mercados de
consumidores que son más sensibles con la sostenibilidad del medio
ambiente, dijo Pablo Pacheco, quien está realizando una investigación
para CIFOR sobre lo que significan para los bosques el comercio y la
inversión a nivel global.
“El sector privado siempre ha tenido un papel importante en la Amazonía”, dijo en una entrevista.
“En algunos casos, por supuesto, esto ha llevado a la deforestación y al proceso caótico de la expansión de la frontera agrícola,
y en algunos casos a una distribución muy desigual de los incentivos y
los beneficios. Esto ha cambiado gradualmente con el tiempo y muchos
propietarios de tierras y corporaciones cada vez se dan más cuenta de
que adaptarse a las nuevas reglas del juego puede ser la única forma
para que el sector privado se posicione favorablemente en los mercados
del futuro”, dijo.
Sin embargo, cumplir las metas de sostenibilidad será más fácil para unos que para otros.
Explicó que las grandes corporaciones que cuentan con más capital
para invertir pueden tener mayor éxito explorando enfoques alternativos,
por ejemplo la cría de ganado en áreas de pastos ya habilitados, que
los pequeños y medianos propietarios de tierras o emprendedores que
dependen de un acceso más limitado a los activos para ganarse la vida.
Pero dijo que también hay alternativas innovadoras alrededor, señalando a las industrias maderera y agrícola.
“Existen intentos de las empresas madereras para iniciar la
consolidación de alianzas y asociaciones con las comunidades con el fin
de realizar una gestión conjunta”.
“Igualmente, en el sector agrícola existen nuevas iniciativas, con
algún apoyo del gobierno como en Brasil, para involucrar activamente a
los pequeños propietarios en mercados más dinámicos”.
La forma en que el sector privado contribuirá al uso sostenible de
los recursos está estrechamente ligada a los esfuerzos públicos y
aquellos impulsados directamente por los consumidores y la industria,
dijo Pacheco, calificando a estos esfuerzos combinados para promover la
producción sostenible y detener la tasa de deforestación como entre “los
más innovadores” en la región.
Hizo referencia a una moratoria de cultivo de soya iniciada en 2006, y
a una prohibición impuesta desde las cadenas de supermercados más
importantes en Brasil a la compra de ganado criado en tierras forestales
taladas ilegalmente en la Amazonía, lo cual, junto a los esfuerzos del
estado para hacer cumplir las leyes ambientales y los intentos de la
industria para adaptarse a la nueva política y a las nuevas condiciones
del mercado, está estimulando cambios importantes en la forma en que los
actores en la región enfrentarán el futuro.
Hay muchos obstáculos en el camino, explicó Pacheco, incluyendo
políticas contradictorias y en competencia que, por un lado, apoyan la
expansión de los productos agrícolas impulsada por negocios de gran
escala en la agroindustria, que frecuentemente están en competencia con
la agricultura de pequeña escala; y por otro lado, la política ambiental
impulsada por las preocupaciones sobre el cambio climático. Estos
puntos de vista polarizados han llevado a la falta de consenso sobre
cómo debería ser exactamente el desarrollo en la Amazonía, así como
también sobre cuál sería el papel que el sector privado debe desempeñar.
“Vemos mayor acción del estado en hacer cumplir las leyes y a los
mercados tratando de restringir a las empresas que no están adoptando
prácticas más sostenibles” dijo Pacheco. “Ellos tienen que tomar algunas
acciones si quieren continuar siendo agentes importantes en la
configuración del desarrollo en la región Amazónica”.
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