Científicos
alegan que un par de sustancias químicas ampliamente usadas, con forma
de 'nanopartículas', pueden extenderse en las cosechas y afectar su
crecimiento y la fertilidad del suelo.
A pesar de que el uso de
las nanopartículas se ha incrementado en los últimos años todavía queda
mucho por entender en cuanto a su impacto medioambiental.
Ahora,
un reciente estudio publicado en la revista de la Academia Nacional de
las Ciencias de Estados Unidos demuestra que las partículas presentes en
algunos gases y ciertos fertilizantes afectan de forma negativa el
crecimiento de la soja y a su suelo.
Las nanopartículas, concretamente, afectan a cierto tipo de bacterias de las cuales la planta depende para su crecimiento.
Miles en un milímetro
Una
nanopartícula se define como una partícula que tiene al menos un
diámetro menor a 100 nanómetros (nm). Un nanómetro es una medida de
longitud usada a nivel microscópico. En un milímetro entran un millón de
nanómetros.
Las nanopartículas o los nanomateriales tienen una
amplia variedad de aplicaciones, desde cosméticos y materiales de
revestimiento hasta aditivos para el combustible. Cada vez más se evalúa
su posible uso en aplicaciones médicas como la administración de cierto
tipo de drogas.
A pesar de que muchos de sus efectos han sido
ampliamente documentados, algunos de sus mecanismos no han sido todavía
comprendidos del todo. Las inquietudes giran en torno a sus efectos en
el medioambiente, lo que podría afectar a la salud de las plantas, los
animales o incluso los humanos.
En
el estudio recientemente publicado, un equipo dirigido por la profesora
Patricia Holden, de la Universidad de California, examinó el efecto en
el cultivo de la soja de dos nanopartículas ampliamente usadas.
Más crecimiento
La soja es un cultivo de una importancia económica enorme. Globalmente es el quinto producto agrícola en el mundo.
Los
investigadores se centraron en los efectos que tienen nanopartículas de
óxido de cinc y de cerio sobre este cultivo. El primero es un
componente común en cosméticos y suele acabar en desechos que se usan
como fertilizantes. El segundo se utiliza en algunos combustibles diesel
para mejorar el proceso de combustión y reducir las partículas
emitidas.
Las plantas cultivadas en presencia de nanopartículas de
óxido de cinc crecieron más que aquellas a las que no se suministró
este compuesto. Pero se detectó mayor presencia de cinc en partes
comestibles de la planta como las hojas y granos.
Las
nanopartículas de óxido de cinc son tóxicas para células de mamíferos
producidas en el laboratorio, pero su efecto en humanos todavía no ha
sido estudiado de manera integral.
El crecimiento de la soja se
vio retrasado cuando las plantas fueron cultivadas en presencia de altos
niveles de nanopartículas de óxido de cerio.
Bacterias que fijan nitrógeno
El cerio penetró en la raíz de las plantas.
La
soja forma parte de la familia de las legumbres, cuyas raíces alojan
bacterias que transforman el nitrógeno atmosférico en una forma que las
plantas pueden usar para su crecimiento. Este proceso es conocido como
la fijación del nitrógeno.
Las partículas de cerio parecieron inhibir por completo la habilidad de las bacterias para fijar el nitrógeno.
Refiriéndose
a la toxicidad de las nanopartículas, la profesora Vicki Stone, de la
Universidad escocesa de Heriot-Watt, afirmó que 'los nanomateriales no
son o 'peligrosos por igual' o 'seguros por igual''.
'Los efectos
suelen depender de sus características físicas y químicas. Esto es en lo
que se están centrando los científicos, para así poder predecir los
niveles de toxicidad con base en estas características'.
Las
autores concluyen que la acumulación de nanomateriales manufacturados en
tierras de cultivo podría afectar a la calidad y producción de dichos
cultivos y desembocar en la necesidad de un mayor uso de fertilizantes
sintéticos.
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