Los
veranos de calor extremo que se han visto recientemente en distintos
puntos del planeta se deben probablemente al calentamiento global, según
un nuevo estudio de científicos de la NASA.
La sequía del año
pasado en Texas y Oklahoma, las temperaturas extremas en Moscú en 2010 y
la ola de calor en Francia en 2003 pueden ser atribuidas al cambio
climático, aseguró el climatólogo James Hansen, director del Instituto
Goddard de Estudios Espaciales de la NASA. Hansen es uno de los
científicos más prominentes que ha advertido durante años sobre el
impacto del cambio climático.
Debido a una columna escrita por
Hansen el fin de semana en el Washington Post, datos del estudio fueron
divulgados antes de su publicación prevista para esta semana en la
revista de la Academia de Ciencias de EE.UU., Proceedings of the
National Academy of Sciences, PNAS.
En su columna titulada 'El
cambio climático está aquí y es peor de lo que pensábamos', el
científico señala que cuando testificó ante el Senado en el verano
inusual de 1988, pintó 'un panorama oscuro sobre las consecuencias del
aumento contínuo de temperatura impulsado por el uso de combustibles
fósiles'. Hansen asegura ahora: 'Tengo una confesión que hacer, fui
demasiado optimista', agregando 'mis proyecciones sobre el aumento de
temperatura global han demostrado ser verdaderas. Pero fallé en prever
la rapidez'.
'Extremadamente calientes'
La variablidad
climática natural puede ser tan amplia que ha sido difícil establecer un
vínculo causal entre fenómenos extremos y el calentamiento global. La
conexión entre ambos fenómenos es tema de intensa controversia.
Hansen afirma que el nuevo análisis estadístico que realizó con sus colegas muestra claramente la existencia de un vínculo.
Los
investigadores de la NASA analizaron la temperatura promedio (media
aritmética obtenida dividiendo la suma total entre el número de
sumandos) en verano desde 1951 y mostraron que en décadas recientes
aumentó la probabilidad de lo que definen como veranos 'calientes', 'muy
calientes' y 'extremadamente calientes'.
Los veranos
extremadamente calientes, definidos por una temperatura promedio
experimentada en menos del 1% de la superficie en tierra (no sobre el
mar) en el planeta entre 1951 y 1980, se han vuelto más frecuentes.
Desde
2006, cerca del 10% de la superficie en tierra en el Hemisferio Norte
ha experimentado estas temparaturas extremas cada verano.
Hansen
se mostró profundamente preocupado, apuntando 'la necesidad de que el
público aprecie el significado del calentamiento global debido a la
acción humana'.
'Nuestro análisis muestra que no es suficiente
(...) repetir la advertencia de que ningún evento climático individual
puede relacionarse directamente con el cambio climático. Al contrario,
nuestro análisis muestra que, debido al clima extremadamente caliente
del pasado reciente, prácticamente no hay otra explicación distinta al
cambio climático', señaló Hansen.
'Es poco probable que las
acciones para reducir las emisiones de gases de invernadero logren los
resultados necesarios mientras el público no reconozca que el cambio
climático causado por la acción humana está teniendo lugar y perciba
además que tendrá consecuencias inaceptables si no se toman acciones
efectivas para desacelerar este proceso'.
Reacciones
Richard
Black, corresponsal de medio ambiente de la BBC, señala que el estudio
de Hansen ha recibido reacciones mixtas entre los investigadores.
Andrew
Weaver, de la Universidad Victoria, en Canadá, dijo que era un 'trabajo
excelente' que requiere una pregunta con un planteo diferente al
elegido por Hansen y sus colegas.
'Decir, ¿se debe esto al cambio
climatico? es elegir la pregunta equivocada. Lo que podemos decir es
¿cuán probable es que esto hubiera ocurrido en la ausencia del
calentamiento global? Es tan extraordinariamente improbable que la causa
tiene que ser el calentamiento global', dijo Weaver.
Mules Allen,
professor de la Universidad de Oxford, dijo que el estudio concuerda en
líneas generales con análisis previos, pero señala que la
interpretación 'va más allá de lo que muchos científicos aceptarían sin
problemas'.
El mes pasado, el climatólogo Richard Muller, director
del Proyecto Tierra de Berkeley y anteriormente uno de los principales
escépticos del cambio climático, declaró públicamente que estaba
equivocado.
Muller señaló que 'los seres humanos son la causa casi
completa del cambio climático' y dio a conocer nuevos datos según los
cuales se registró un aumento de 1,5 grados centígrados en los últimos
250 años en la temperatura promedio en el medio terrestre (los registros
son diferentes sobre el mar). El documento reitera la conclusión de
trabajos anteriores según los cuales la temperatura en el medio
terrestre aumentó 0,9 grados sólo en los últimos 50 años.
Sin
embargo, no todos los integrantes del Proyecto Berkeley concuerdan con
Muller. Judith Curry, del Instituto de Tecnología de Georgia, Georgia
Institute of Technology, no quiso ser incluida entre los autores del
nuevo estudio.
Los estudios del Proyecto Berkeley aún no han sido divulgados en revistas científicas con revisión de pares.
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