viernes, 3 de agosto de 2012

No permitamos la masacre de lobos.

Lo que no se entiende es que se haya pasado de hablar de la importancia de defenderlos a demonizar su figura y que se pida que se extermine parte de la actual población.
 ECOticias.
A veces tengo la sensación que este país se dedica a construir para luego destruir. Me pasa sobre todo en aquellos temas de carácter conservacionista, de protección de la naturaleza o de defensa de las especies. Porqué se han hecho muchos esfuerzos para mejorar en estos ámbitos y ahora hay quienes tienen la voluntad de echar por los suelos esa extensa labor realizada. Hablo en este caso de la existencia de los lobos en España y de las campañas realizadas durante años para conseguir que esta especie no desapareciese.
Lo que no se entiende es que se haya pasado de hablar de la importancia de defenderlos a demonizar su figura y que se pida que se extermine parte de la actual población. La campaña promovida por la Dirección General de Conservación de la Naturaleza en la Sierra de Barbanza, en Galicia, me parece del todo desproporcionada, con un mensaje deformado y demagogo. De la misma manera que lo son aquellas que se impulsan en el principado de Asturias y especialmente en los Picos de Europa.
Para empezar porque en esa zona conviven los lobos puros con una colonia de híbridos de perro y lobo con la confusión que genera para distinguirlos o, mejor dicho, la imposibilidad de diferenciarlos a simple vista. Y para continuar porqué se ha generado un miedo intencionado por parte de los ganaderos que han alimentado más tarde los siempre hambrientos cazadores.
La Xunta de Galicia, ante las presiones de los instigadores que he comentado, y también por un error de sus técnicos que parecen no tener memoria histórica, ha dado carta blanca a las batidas para que los cazadores y ganaderos campen a sus anchas disparando contra los lobos que se encuentran por el camino ya se trate, como observaba anteriormente, de un lobo puro o un hibrido de perro y lobo. Cuando se les pregunta cómo distinguen entre ambas especies para evitar matar a los lobos puros no pueden argumentar nada y se dedican a mentir diciendo, pero sin argumentos, que solo disparan contra los híbridos.
Se entiende que el lobo es un animal salvaje y que se alimenta, con aquello que llamamos ciclo vital y al cual también pertenecemos los seres humanos, de otros animales. Se entiende que habrá lobos más salvajes que otros, que son quizás aún más depredadores si cabe. Pero lo que no se concibe es esta fijación contra ellos que ha permitido pasar a la acción e iniciar la brutal campaña que podría poner de nuevo en peligro a la especie.
Estoy al lado de todos mis compañeros ecologistas que piden, exigen igual que yo, el cese de esta barbarie y la llegada del sentido común. Y también apoyo la opinión de la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico cuando denunciando que la política llevada a cabo por la Xunta de Galicia en este caso concreto, concediendo batidas masivas y sin control en manos de los cazadores, es nefasta. 
Algunos ecologistas van más allá afirmando que existe un mercado negro de lobos muertos y que hay gente con dinero que paga hasta dos mil euros por un ejemplar que acabará disecado. Y creo en lo que dicen aunque me asusta en la idea de pensar que seamos capaces de dar permisos y libertades a gente sin escrúpulos para diezmar una especie animal por la cual han luchado muchas personas.
Acabaré, para argumentar más mi defensa de los lobos, con los datos oficiales del año 2011. En esa comunidad existen 300.000 cabezas de ganado y solo se produjeron 59 ataques. ¿Tanto revuelo y tanta persecución por esta cifra ridícula? Que alguien nos explique realmente qué intereses se esconden detrás de esta lamentable campaña.

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