Lo que no se
entiende es que se haya pasado de hablar de la importancia de
defenderlos a demonizar su figura y que se pida que se extermine parte
de la actual población.
ECOticias.
A veces tengo la sensación que este país se dedica a construir
para luego destruir. Me pasa sobre todo en aquellos temas de carácter
conservacionista, de protección de la naturaleza o de defensa de las
especies. Porqué se han hecho muchos esfuerzos para mejorar en estos
ámbitos y ahora hay quienes tienen la voluntad de echar por los suelos
esa extensa labor realizada. Hablo en este caso de la existencia de los
lobos en España y de las campañas realizadas durante años para conseguir
que esta especie no desapareciese.
Lo que no se entiende es que se haya pasado de hablar de la
importancia de defenderlos a demonizar su figura y que se pida que se
extermine parte de la actual población. La campaña promovida por la
Dirección General de Conservación de la Naturaleza en la Sierra de
Barbanza, en Galicia, me parece del todo desproporcionada, con un
mensaje deformado y demagogo. De la misma manera que lo son aquellas que
se impulsan en el principado de Asturias y especialmente en los Picos
de Europa.
Para empezar porque en esa zona conviven los lobos puros con una
colonia de híbridos de perro y lobo con la confusión que genera para
distinguirlos o, mejor dicho, la imposibilidad de diferenciarlos a
simple vista. Y para continuar porqué se ha generado un miedo
intencionado por parte de los ganaderos que han alimentado más tarde los
siempre hambrientos cazadores.
La Xunta de Galicia, ante las presiones de los instigadores que he
comentado, y también por un error de sus técnicos que parecen no tener
memoria histórica, ha dado carta blanca a las batidas para que los
cazadores y ganaderos campen a sus anchas disparando contra los lobos
que se encuentran por el camino ya se trate, como observaba
anteriormente, de un lobo puro o un hibrido de perro y lobo. Cuando se
les pregunta cómo distinguen entre ambas especies para evitar matar a
los lobos puros no pueden argumentar nada y se dedican a mentir
diciendo, pero sin argumentos, que solo disparan contra los híbridos.
Se entiende que el lobo es un animal salvaje y que se alimenta, con
aquello que llamamos ciclo vital y al cual también pertenecemos los
seres humanos, de otros animales. Se entiende que habrá lobos más
salvajes que otros, que son quizás aún más depredadores si cabe. Pero lo
que no se concibe es esta fijación contra ellos que ha permitido pasar a
la acción e iniciar la brutal campaña que podría poner de nuevo en
peligro a la especie.
Estoy al lado de todos mis compañeros ecologistas que piden, exigen
igual que yo, el cese de esta barbarie y la llegada del sentido común. Y
también apoyo la opinión de la Asociación para la Conservación y
Estudio del Lobo Ibérico cuando denunciando que la política llevada a
cabo por la Xunta de Galicia en este caso concreto, concediendo batidas
masivas y sin control en manos de los cazadores, es nefasta.
Algunos ecologistas van más allá afirmando que existe un mercado
negro de lobos muertos y que hay gente con dinero que paga hasta dos mil
euros por un ejemplar que acabará disecado. Y creo en lo que dicen
aunque me asusta en la idea de pensar que seamos capaces de dar permisos
y libertades a gente sin escrúpulos para diezmar una especie animal por
la cual han luchado muchas personas.
Acabaré, para argumentar más mi defensa de los lobos, con los datos
oficiales del año 2011. En esa comunidad existen 300.000 cabezas de
ganado y solo se produjeron 59 ataques. ¿Tanto revuelo y tanta
persecución por esta cifra ridícula? Que alguien nos explique realmente
qué intereses se esconden detrás de esta lamentable campaña.
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