La salud "geoambiental", término acuñado en España,
aporta soluciones domésticas a la contaminación natural que emite la
Tierra, como apantallar los campos electromagnéticos y radiaciones del
subsuelo que se cuelan en hogares, colegios y centros de trabajo.
La Fundación para la Salud Geoambiental ha puesto de manifiesto el
derecho de todos los seres vivos a un entorno sano y promueve una
legislación responsable ante los efectos de las radiaciones en la salud.
Su director, José Miguel Rodríguez, explicó a EFEverde la importancia
de identificar las áreas de alteración de la superficie terrestre, como
corrientes de agua subterránea, fallas y accidentes geofísicos, campos
magnéticos del subsuelo y la concentración de metales en capas
inferiores de la superficie terrestre.
Según la entidad, el cansancio crónico, la falta de concentración, el
insomnio y las cefaleas recurrentes son síntomas del efecto repetido de
esas alteraciones.
"Siempre han existido, pero su influencia en el organismo empezamos a
notarla ahora, con el efecto sumatorio de otros tóxicos legales y
radiaciones artificiales que componen un cóctel letal para la salud",
indicó Rodríguez.
Como no se puede graduar la radiación natural, la Fundación propone
utilizar barreras (como pinturas de grafito o telas conductoras) para
debilitarla o evitar las zonas "geopatógenas" a la hora de establecer
puntos de larga permanencia.
La solución pasa por "recolocar" los muebles evitando las
perturbaciones que emanan del subsuelo y favorecer las áreas de
descanso, comida y trabajo en "zonas limpias", identificadas con equipo
especializado, como geomagnetómetros, polímetros y contadores Geiger
para medir radiactividad ambiental.
La bioarquitectura se presenta como una alternativa para obras
nuevas, ya que incorpora desde el inicio un diseño adaptado a las
peculiaridades del terreno "aprovechando los sistemas energéticos
pasivos".
La "construcción para la vida", como también se define, se alimenta
de la geobiología, disciplina que toma en cuenta la interrelación de los
seres vivos (todos) con el entorno físico en el que se desarrollan.
A mayor tiempo de exposición, sostiene el organismo, que defiende en
su página web saludgeoambiental.org "el derecho fundamental de vivir y
trabajar en un lugar sano", la contaminación geoambiental puede provocar
depresión y ansiedad, enfermedades neurodegenerativas, tumores
cerebrales, cáncer, leucemia y esterilidad.
Quienes requieran mas información personal pueden someterse al "Test
de salud geoambiental" que propone la Fundación en su web, en la que
también ofrece asistencia.
Para los lectores mas pequeños han editado el libro "Martina y el
secreto de la radiación", en el que explican con lenguaje sencillo
cuáles son los "sitios buenos" y los "sitios malos" para evitar el
efecto perjudicial de las ondas energéticas.
La Fundación no desestima las fuentes de emisión artificiales, como
electrodomésticos, teléfonos y televisores, propios de un "entorno
ultratecnológico" que "han alterado nuestro hábitat de una forma no
prevista por nuestra evolución biológica natural" y recuerdan que en
cada país existen leyes específicas que establecen valores límite para
las radiaciones artificiales.
Su objetivo a corto plazo es promover una titulación universitaria de
posgrado sobre salud geoambiental, "con el objetivo de otorgar
conocimientos especializados a personas licenciadas en Física, Geología,
Biología, Arquitectura y Medicina", y favorecer la creación de "una
nueva agrupación profesional cualificada para resolver los problemas de
salud geoambiental en hogares y oficinas".
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