La previsión meteorológica anuncia para el viernes en Málaga
una temperatura máxima de 27 grados. El cielo estará nublado y hay
incluso cierta probabilidad de lluvia. Nada que ver con los 37 grados y
las fuertes rachas de viento terral, cálido y seco, que la tarde del 30
de agosto del año pasado ayudaron a propagar las llamas del mayor incendio registrado en la Costa del Sol en las últimas décadas. Ardieron 8.225 hectáreas de seis municipios, la mayoría en terreno forestal, hubo un fallecido y miles de personas tuvieron que ser desalojadas.
Un año después, la naturaleza ofrece tímidas muestras de recuperación.
Las abundantes lluvias han empujado el inicio de la regeneración del
monte mediterráneo, de alto valor ecológico, y se han abordado algunos planes de reforestación. La mayoría de los afectados, sin embargo, se han quedado sin las ayudas del Gobierno.
En Ojén,
el pueblo más afectado por el fuego (3.800 hectáreas), la huella del
incendio es visible. Su alcalde, José Antonio Gómez, recuerda "la
tensión" de aquella noche, cuando fueron desalojados todos los vecinos,
unas 5.000 personas. El incendio se inició en Coín y avanzó sin control hacia Alhaurín el Grande, Mijas, Marbella y Monda. La Guardia Civil determinó que el origen fue una quema de rastrojos y un mes después detuvo al supuesto responsable.
Personal de la Junta
corta troncos de árboles quemados, levanta diques de contención para
afianzar el suelo y abre zanjas para preparar el terreno de Ojén a
futuras reforestaciones.
En este municipio se creó una plataforma para la regeneración de la
Sierra Parda y entre noviembre y marzo se plantaron unos 15.000 árboles,
entre plantones y semillas de encinas y alcornoques.
El fuego arrasó infinidad de pinos,
pero ya se perciben plantas que a pesar de no superar los tres o cuatro
centímetros, están destinadas a convertirse en enormes ejemplares de
hasta 20 metros de altura. "Dependerá de la climatología, pero tendrán
que pasar por lo menos 15 años", apunta Gómez. La fuerza del bosque
mediterráneo también es evidente en los troncos calcinados en los que
empiezan a nacer hojas.
Pero las ayudas anunciadas por el Gobierno para los afectados han
llegado a poca gente. El Ayuntamiento de Ojén reclamó 20.000 euros para
cubrir parte de los gastos de emergencia que afrontó tras el incendio y
hace unos días le comunicaron que recibirá 6.000. Según la Subdelegación del Gobierno,
se han resuelto 26 de las 51 solicitudes de familias y solo se ha
concedido una de algo más de 1.000 euros. Ha habido otras 28 peticiones
de comunidades de propietarios y establecimientos, de las que 16 han
sido denegadas. La Subdelegación ha precisado que el proceso continuará
en septiembre. El rechazo obedece a que no se cumplen los requisitos,
por ejemplo, que la vivienda afectada fuera primera residencia o que se
tratara de una producción agrícola asegurada.
Mijas fue el segundo municipio con más superficie quemada (2.560
hectáreas). Su ayuntamiento ha acometido numerosas actuaciones, tanto de
prevención como para facilitar el trabajo de extinción en un caso
hipotético de incendio, explica el coordinador general de Medio Ambiente,
José María Moreno. Por ejemplo, dotar a los caminos rurales de una red
de hidrantes para poder recargar los camiones de agua, y acentuar la
presión sobre las urbanizaciones para que cuenten con planes de
autoprotección.
Este municipio va a repoblar ahora la zona afectada por otro incendio, el de hace dos veranos.
A partir de otoño, con las lluvias, plantará 30.000 árboles y evaluará
las necesidades del gran fuego de 2012. "El objetivo de todos debe ser
recuperar el patrimonio natural", concluye Moreno.
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