miércoles, 28 de agosto de 2013

Portugal registra diez incendios sin controlar, dos próximos a España

Dos bomberos intentan apagar un incendio forestal en Tondela, en la Sierra de Caramulo, Portugal, hoy 28 de agosto de 2013. EFEVarios bomberos trabajan en las labores de extinción de un incendio que arde desde el domingo en Oliveira de Frades, en el distrito de Viseu (Portugal), uno de los más castigados por la oleada de incendios. EFEUn bombero trabaja en las labores de extinción de un incendio que arde desde el domingo en Oliveira de Frades, en el distrito de Viseu (Portugal), uno de los más castigados por la oleada de incendios. EFEUnos 500 efectivos combatieron a última hora de la tarde de hoy una decena de incendios sin control en Portugal, dos de ellos próximos a la provincia española de Salamanca, informó la Autoridad Nacional de la Protección Civil (ANPC) lusa.
Las localidades de Figueira de Castelo Rodrigo, colindante con Salamanca, y Vila Nova de Foz Côa, a pocos kilómetros de esta provincia, dispusieron a las 19.00 horas locales (18.00 GMT) de 33 y 55 bomberos, respectivamente.
El resto de los fuegos se situaron también en la parte interior-norte del país, la más afectada y la que tiene mayor área de bosque.
Entre ellos, destaca la reactivación del de la Sierra de Caramulo (Viseu, centro-norte), donde la última semana hubo uno de los más violentos fuegos del verano que acabó con la vida de dos bomberos y calcinó durante cinco días más de 4.000 hectáreas.
En este santuario ecológico estuvieron destacados casi 200 bomberos y dos helicópteros.
La oleada de incendios de agosto, que han contado para su combate con la colaboración internacional de España y Francia, ha calcinado ya más de 40.000 hectáreas de masa forestal y ha provocado la muerte de cuatro bomberos en servicio, dos de ellos en la propia sierra de Caramulo.
La mayor parte de los fuegos en Portugal tiene origen humana y no natural, y varios de ellos son provocados por incendiarios -este año ya fueron arrestados casi 50 sospechosos-.
El descuido en el uso del fuego en zonas agrícolas poco preparadas sumado a las altas temperaturas y el viento han contribuido a propagar los incendios, según estudios oficiales.
En la última década, los años fatídicos fueron 2003 y 2005, con 400.000 y 300.000 hectáreas calcinadas, respectivamente, así como 2010 y 2012, cuando fueron arrasadas 120.000 y 110.000 hectáreas.

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