No hace mucho,
estábamos ante una enfermedad con un pronóstico devastador, altamente
incapacitante. Afortunadamente, en los últimos años se han desarrollado
fármacos para mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los
pacientes.
INNOVAticias.
¿Qué es la esclerosis múltiple?
Es una enfermedad inflamatoria y autoinmune del sistema nervioso
central. No se sabe a ciencia cierta por qué se inicia, pero podemos
resumirlo en que el sistema inmunológico reacciona contra el propio
sistema nervioso central. Esa reacción ocurre porque los linfocitos T
de las personas con esclerosis múltiple consiguen atravesar la barrera
hematoencefálica que protege al sistema nervioso, y una vez allí atacan
la vaina de mielina que recubre la parte de las neuronas conocidas
como axón. Entonces, la desmielinización resultante de las neuronas
dificulta o llega a impedir en algunos casos más severos la transmisión
del impulso nervioso.
¿Cómo afecta a la calidad de vida de los pacientes?
No hace mucho, estábamos ante una enfermedad con un pronóstico
devastador, altamente incapacitante. Afortunadamente, en los últimos
años se han desarrollado fármacos para mejorar el pronóstico y la
calidad de vida de los pacientes. Y aunque todavía es una enfermedad
para la que no se ha encontrado una cura, cada vez tenemos más armas
para que el paciente no adquiera discapacidad con los años.
Las causas y el tratamiento de la esclerosis múltiple aún presentan retos a la investigación. ¿Qué sabemos hoy al respecto?
En su inicio confluyen una serie de factores ambientales con un
cierto componente genético, pero no es una enfermedad hereditaria. Hay
diversas teorías vigentes sobre las causas: la falta de exposición
solar, los cambios en los hábitos de higiene en el mundo industrializado
o incluso un virus con componentes similares a la mielina que lleva
al sistema inmune a reaccionar contra ella. Su origen es tan complejo
que cuesta muchísimo avanzar en ello. Y esta dificultad no siempre es
entendida. En una ocasión un paciente me llegó a decir que no estábamos
interesados en resolver la enfermedad y me disgusté, porque hay gente
muy implicada para encontrar solución.
Se calcula que en España hay entre 30.000 y 45.000 personas afectadas. ¿Hay una tendencia al alza en el número de casos?
Los casos diagnosticados han ido subiendo con el tiempo. Esa
tendencia, que también se registra en otros lugares, lleva a pensar que
en los últimos años ha aumentado la incidencia de la esclerosis
múltiple. Pero realmente no sabemos aún si lo que sucede es que está
aumentando debido a algún factor ambiental o que simplemente se están
detectando formas más leves de la enfermedad, casos que antes pasarían
desapercibidos. En unos años podremos decir con más seguridad si
efectivamente ha habido un aumento de la prevalencia.
Su proyecto de investigación sobre la esclerosis múltiple se centra en el papel de las micropartículas. ¿Qué son?
Las micropartículas son vesículas que liberan las células en
respuesta a distintos estímulos, entre ellos un proceso inflamatorio o
la apoptosis, más conocida como suicidio celular. Ya se había observado
que estaban presentes en altos niveles en la sangre de los pacientes
con la forma RR [remitente recurrente] de la enfermedad, que es la más
común y conocida. Nosotros hemos estudiado pacientes con las distintas
formas clínicas que pueden manifestar, y hemos observado que las
micropartículas elevadas no solo son características de la manifestación
RR, sino que están elevadas en las tres formas clínicas en que se
presenta la enfermedad, incluso en el llamado primer evento clínico, que
en muchos casos evoluciona hacia la esclerosis múltiple.
¿Cuál es el papel de las micropartículas en el desarrollo de la enfermedad?
Nos gustaría conocerlo mejor, pero ya hemos dado algunos pasos. Tras
exponer células endoteliales a micropartículas, observamos que las
vesículas de los pacientes alteraban la permeabilidad de la barrera
endotelial. Esta permeabilidad es clave, puesto que impide que la
barrera endotelial cumpla su función de proteger al sistema nervioso, y
una vez que la barrera se vuelve permeable aumenta el paso de células
del sistema inmune, en este caso linfocitos T al interior del sistema
nervioso central, donde podrían atacar a la mielina y destruirla,
contribuyen a la progresión de la esclerosis múltiple. En cambio, si
exponíamos células de esa misma barrera a la misma cantidad de
micropartículas de personas sanas, la permeabilidad no se alteraba.
Entonces ha desentrañado uno de los mecanismos principales de la esclerosis múltiple…
"Hemos comenzado a comprender uno de los mecanismos básicos de la enfermedad"
En cierta medida, sí, hemos comenzado a comprenderlo. Ahora está por
ver si los efectos de las micropartículas alteradas solo se limitan a
la barrera endotelial.
¿A qué se refiere?
Mi idea es estudiar el efecto de las micropartículas alteradas sobre
otros tipos celulares del sistema nervioso y comprobar si tienen
efectos sobre neuronas y astrocitos para conocer más a fondo los
mecanismos de la enfermedad. Para ello sería necesario abrir más
colaboraciones con otros equipos de la Universidad de Oviedo, igual que
para poder llevar a cabo los análisis de endotelio de este proyecto
colaboramos con el equipo del Doctor Jaime Millán del Centro de
Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid.
¿Podría actuarse sobre las micropartículas alteradas con fin terapéutico?
Aún no conocemos cuáles son las alteraciones de las micropartículas
de los pacientes, por eso nuestro objetivo fundamental ahora es
describir qué proteínas las hacen diferentes. Quiero ser optimista y
espero localizar esa diferencia, que a largo plazo nos permitiría
actuar sobre ellas e intervenir sobre los mecanismos de la enfermedad
por otra vía diferente a las actuales, a través de otra diana
terapéutica.
¿Cómo llega una licenciada en Química a investigar en contacto permanente con los pacientes de esclerosis múltiple?
Cuando trabajaba en Londres [en el Hammersmith Hospital], empecé a
leer más sobre la esclerosis múltiple desde el punto de vista médico, y
eso enriqueció mi perspectiva al incorporar la parte humana de la
investigación. Al volver a España quise hacer algo que tuviese más
aplicación clínica, y aprovechar todo lo que había aprendido hasta
entonces para abordar la enfermedad. Fue al llegar a Asturias cuando
entré en contacto con la parte clínica. El trato con los pacientes puede
ser duro, pero ellos son la parte que más me gusta de mi trabajo, lo
que le da sentido.
Eva María Cernuda Morollón (1972) se licenció en Bioquímica en la
Universidad de Oviedo y se doctoró en la Universidad Autónoma de
Madrid, donde comenzó a trabajar aspectos bioquímicos relacionados con
la inflamación. Posteriormente comenzó a estudiar la regulación de la
migración de linfocitos T del sistema inmune en el Hammersmith Hospital
de Londres, una línea de trabajo que continuaría en el Ludwig Institute
for Cancer Research de Londres. Entre 2007 y 2010 recibió una ayuda
“Juan de la Cierva” del Ministerio de Economía y Competitividad que le
permitió incorporarse al Hospital Universitario Central de Asturias
(HUCA), donde continuó su trabajo gracias a una ayuda “Clarín” del PCTI
del Principado. Actualmente, la línea de investigación se lleva a cabo
con financiación privada.
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