Utilizando
técnicas de medición de isótopos desarrolladas en la UM, los científicos
determinaron que el 80 por ciento de la forma tóxica del mercurio,
llamado metilmercurio
ECOticias.
Investigadores de la Universidad de Michigan (UM), en Ann Arbor,
Michigan, Estados Unidos, y colegas de la Universidad de Hawai, en
Manoa, también Estados Unidos, dicen haber resuelto el misterio de cómo
el mercurio entra en los peces de alta mar y que sus hallazgos sugieren
que los niveles de la toxina en los peces del océano Pacífico es
probable que aumente en las próximas décadas.
Utilizando técnicas de medición de isótopos desarrolladas en la
UM, los científicos determinaron que el 80 por ciento de la forma tóxica
del mercurio, llamado metilmercurio, que se encuentra en los tejidos de
la alimentación de peces en alta mar del Pacífico Norte se produjo en
lo profundo en el océano, muy probablemente por una bacteria que se
aferra a trozos de materia orgánica hundidos.
El estudio también confirmó que el mercurio que se encuentra en
los peces del Pacífico cerca de Hawaii probablemente viajó a través del
aire durante miles de kilómetros antes de depositarse sobre la
superficie del océano con las lluvias, dijo el científico ambiental de
la UM Joel Blum. Las lonjas de pescado del Pacífico Norte están a favor
del viento en naciones de rápida industrialización, como China e India,
que son cada vez más dependientes de las centrales eléctricas que queman
carbón, una fuente importante de contaminación por mercurio.
"Este estudio refuerza los vínculos entre el mercurio emitido por los
países asiáticos y los peces que atrapamos a las costas de Hawai y
consumimos en este país", dijo Blum, autor principal de un artículo que
se publica en la edición digital de este domingo de la revista 'Nature
Geoscience'.
"Si vamos a reducir eficazmente las concentraciones de mercurio en
los peces de mar abierto, vamos a tener que reducir las emisiones
mundiales de mercurio, incluidas las emisiones de países como China e
India", señaló Blum. "La limpieza de nuestras costas no va a ser
suficiente. Este es un problema global de la atmósfera", alertó.
La principal vía de exposición humana al metilmercurio es el
consumo de grandes peces depredadores marinos como el pez espada y el
atún. Los efectos del metilmercurio en los seres humanos pueden incluir
daños en el sistema nervioso central, el corazón y el sistema
inmunológico, además de que el cerebro en desarrollo de los fetos y los
niños pequeños son especialmente vulnerables.
En diciembre de 2011, la Agencia norteamericana de Protección
Ambiental publicó nuevas normas que limitan drásticamente las emisiones
futuras de mercurio y otros contaminantes tóxicos y el carbón de las
plantas de energía que queman petróleo en Estados Unidos. A principios
de este año, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
negoció el Convenio de Mercurio en Minamata, un tratado internacional
destinado a reducir las futuras emisiones de mercurio, pero todavía no
está claro qué nivel de reducciones de emisiones de mercurio generará.
Se ha sabido duarnte algún tiempo que los grandes peces marinos
depredadores contienen altos niveles de metilmercurio en parte debido a
que comen los pescados más pequeños, que contienen mercurio, y que la
toxina se acumula en los tejidos de los depredadores que se sitúan en lo
alto de la cadena alimentaria a través de un proceso llamado
bioacumulación. En 2009, investigadores de la Universidad de Hawaii
determinaron que la profundidad a la que una especie de pez se alimenta
es casi tan importante como su posición en la cadena alimentaria para
calcular la cantidad de metilmercurio que contiene.
"Hemos encontrado que los peces depredadores que se alimentan en las
zonas más profundas del océano abierto, como el atún y el pez espada,
tienen concentraciones de mercurio más altos que los que se alimentan en
aguas cercanas a la superficie, como el delfín dorado y el atún de
aleta amarilla", dijo Brian Popp, profesor de Geología y Geofísica de la
Universidad de Hawaii en Manoa, y coautor tanto del documento de 2009
como e la nueva investigación. "Sabíamos que esto era cierto, pero no
sabíamos por qué", afirmó.
Esta observación era difícil de explicar porque los investigadores
habían supuesto que si se produce metilmercurio en el océano abierto,
es muy probable que tenga lugar en la capa superficial biológicamente
activa, llevada a cabo por los microorganismos que convierten el
mercurio inorgánico en la forma orgánica tóxica a través de un proceso
llamado metilación .
En este último estudio, los investigadores de Michigan y Hawai
mostraron que tal vez hasta el 80 por ciento del metilmercurio presente
en la profundidad en el centro del Pacífico Norte se produce por debajo
de lo que se conoce como la capa superficial de mezcla, una región que
se extiende hasta unos 165 pies (50,30 metros). Así, encontraron que la
metilación continúa hasta una profundidad de unos 2.000 metros, muy
probablemente por la acción del oxígeno que esquiva las bacterias
adheridas a partículas de plantas muertas y materia animal hundidas que
contengan mercurio inorgánico.
Esta conclusión es importante, en parte porque los científicos
esperan que los niveles de mercurio en profundidades intermedias (de
entre 200 a 1.000 metros) en el Pacífico norte aumenten en las próximas
décadas, en torno al doble para mediados de siglo. Al mismo tiempo, las
regiones con agotamiento de oxígeno llamadas zonas de mínimo de oxígeno,
que por lo general ocurren en profundidades superiores a los 1.300
metros, se están expandiendo en los océanos de todo el mundo y se espera
que el cambio climático causado por el hombre acelere ese proceso.
El trabajo de Blum y sus colegas sugiere que si estas dos
tendencias se desarrollan según lo previsto, las condiciones favorecerán
una mayor producción de metilmercurio por microbios llamados bacterias
anaeróbicas, lo que aumentará la amenaza a las lonjas de pescado del
Pacífico norte, la fuente de productos del mar más importante del mundo.
"La implicación es que las predicciones de aumento de mercurio en aguas
más profundas se traducirá en mayores niveles en los peces", sentenció
Blum, profesor en el Departamento de Ciencias de la Tierra y del Medio
Ambiente.
En su estudio, los investigadores analizaron muestras de tejido de
nueve especies de peces marinos que se alimentan a diferentes
profundidades en una región cercana a Hawaii llamada giro subtropical
del Pacífico Norte. El trabajo combina la biogeoquímica con
observaciones directas de ecología marina.
Los científicos mostraron cómo y dónde se produce la metilación en
el océano abierto y encontraron que mientras que la metilación se
produce en las aguas cercanas a la superficie bien iluminada, la luz
solar destruye hasta un 80 por ciento de la metilmercurio formado allí, a
través de un proceso llamado degradación fotoquímica.
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