Las playas catalanas se llenaron ayer coincidiendo con el primer fin
de semana de agosto. El comienzo de las vacaciones para muchos y las
altas que temperaturas, que en la costa oscilaron entre 27 y 30 grados,
abarrotaron playas como la de Salou. Allí coincidieron locales, turistas
procedentes de otras comunidades autónomas —que los hoteleros temen que
este año pinchen por el aumento del paro— y extranjeros, sobre
todo rusos, cuyas llegadas siguen subiendo y compensan el hueco del
viajero nacional. La Costa Dorada logró una buena ocupación hotelera
durante julio y en la primera quincena se llenaron el 90% de las plazas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario