Los cambios en el clima alimentan los conflictos a
gran escala y las agresiones entre personas, desde guerras hasta
violaciones. Un estudio pionero que publica 'Science' relaciona y
cuantifica por primera vez los efectos que tendrá en el futuro del
planeta
La violencia tiene muchas caras. Desde conflictos entre países y guerras
civiles a violaciones y peleas entre bandas. Y todas esas formas de
violencia, desde la interpersonal hasta la que ejercen los estados, se
ven azuzadas por los cambios en el clima. Aumentos de temperatura que
alimentan la violencia policial y sequías que multiplican la violencia
étnica. “Eventos climáticos pasados han ejercido una influencia
significativa en los conflictos humanos. Esta influencia parece
extenderse por todo el mundo, a lo largo de la historia y en todas las escalas de la organización social”, concluye un pionero trabajo publicado hoy en Science.
Y lo que es peor, nada impedirá que los humanos sigamos respondiendo
con violencia a los futuros cambios que se avecinan: “Si las futuras
poblaciones responden de manera similar a las poblaciones del pasado,
entonces el cambio climático antropogénico tiene el potencial de
incrementar sustancialmente los conflictos por todo el mundo”, explican
los investigadores de la Universidad de Berkeley que firman este
importante trabajo. Ya no se trata sólo de aire irrespirable, la subida
del nivel del mar o la desaparición de especies: para 2050, las guerras,
asaltos, revueltas y violaciones se multiplicarán por culpa del cambio climático provocado por nosotros mismos.
En algunos puntos, la violencia a gran escala podría aumentar más de un tercio en 2050
Hasta hoy contábamos con muchas evidencias dispersas, monográficos
dedicados a relacionar eventos climáticos con atracos en EEUU o el
hundimiento de imperios de la historia antigua. Muchos estudios hablaban
de esta correlación pero estos investigadores, liderados por Solomon Hsiang,
se han tomado el trabajo de volver a reexaminarlos todos para
cerciorarse de que existe causalidad, de que no es mera coincidencia. Y
encontraron que cuando se dan cambios importantes en la temperatura o
las precipitaciones habituales se produce un “incremento sistemático del
riesgo de muchos tipos de conflictos”. Una situación que se sigue dando
de manera “altamente significativa en el mundo moderno”.
Y teniendo en cuenta los grandes cambios que se esperan para las
próximas décadas, el riesgo es severo tanto en países pobres de regiones
tropicales como en ricas naciones europeas
o americanas. Aunque no del mismo modo, porque los países pobres son
mucho más vulnerables a la violencia a gran escala, como explica a Materia
uno de los tres firmantes del estudio, Edward Miguel. “No hay duda de
que están en mayor riesgo. Por lo que hemos visto, el impacto del clima
tiene en estos países mucha más influencia en la violencia entre grupos
(como una guerra civil) que en la violencia interpersonal (como
delitos), y eso que las tasas de criminalidad aumentan significativamente con temperaturas altas. Además, carecen de los recursos financieros necesarios para hacer frente a muchos desafíos”, asegura Miguel.
Cuantificar el daño
Pero, ¿cuánto crecerá la violencia en el futuro? La ciencia es
decisiva por su capacidad predictiva, por lo que analizando lo ocurrido
hasta ahora se tendría que poder cuantificar la influencia de este
factor. Y han alcanzado una fórmula que les permite señalar cómo
afectarán los cambios en el clima a los conflictos humanos. El dato es
complejo, tanto como las predicciones climáticas, y no depende de sí
mismo: la violencia no se desencadena únicamente por el clima, como es
lógico. “No todos los eventos climáticos influyen en todas los tipos de
conflictos ni las condiciones climáticas son el único factor
determinante de estos conflictos. La influencia del clima es detectable a
través de contextos, pero hacemos mucho hincapié en que es sólo uno de
los muchos factores que contribuyen”, reconoce el estudio.
Si la temperatura aumenta 0,6 grados en África, los conflictos crecerían un 14% en 2050
No obstante, los investigadores aportan distintos ejemplos que ayudan
a calibrar las dimensiones de la influencia que el calor o la sequía
tendrán en los problemas venideros. Si los humanos del futuro se
comportan como hasta ahora, la violencia entre personas (crímenes,
asaltos, violencia de género, etc.) crecerá un 4% y la violencia entre
grupos (guerras, revueltas, invasiones, etc.) un 14% por cada salto en
la desviación estándar de cada parámetro. Por ejemplo, si aumenta la
temperatura 0,6 grados en África durante un año o tres grados en EEUU en
un mes.
“Según el modelo climático, podemos encontrarnos con distintos escenarios de violencia en el futuro”, señala el investigador Fernando Valladares, ajeno al estudio de Science,
revista que dedica un monográfico poco habitual al cambio climático y
sus consecuencias. “En la mayor parte del planeta se esperan para 2050
cambios climáticos de dos, tres y hasta cuatro veces la desviación
estándar, lo cual lleva a que en muchas regiones de Europa y América del
Norte estos conflictos aumenten un 8% y un 28% respectivamente y que en
muchas zonas tropicales de Asia, África y América estos conflictos
aumenten mas de un 12% y un 42% respectivamente”, explica Valladares,
experto en los efectos del cambio climático del CSIC.
Millones de delitos violentos
Por ejemplo, cada año se cometen unos dos millones de delitos
violentos en EEUU: un simple aumento del 8% supondría 160.000 atracos,
asesinatos y violaciones más. Desde esta perspectiva, no es difícil
imaginar el dolor que causaría que crezcan un 28% las guerras o las
limpiezas étnicas en África o Asia. “Es muy interesante comprobar que
aunque ciertos tipos de violencia como las guerras civiles son propias
de países pobres y muy raras en países ricos, y los crímenes violentos,
la violencia policial y los cambios bruscos de líderes son mas propios
de países ricos, al seguir todos los tipos de violencia unos patrones de
respuesta al clima similares, dan como resultado unas proyecciones muy
similares para las distintas regiones del planeta”, analiza Valladares.
“No hay duda de que los países pobres están en mayor riesgo”, asegura el investigador
¿Cuál es el mecanismo que provoca tal aumento de la conflictividad
humana con los cambios climáticos? Esa es una de las dudas que aún no
tienen respuesta concluyente tras este estudio, aunque los
investigadores consideran plausibles buena parte de las que se apuntan
en muchos de los trabajos analizados. El clima afecta a la economía, los
mercados de trabajo, la capacidad de los estados para responder a los
desafíos, provoca desigualdades, inestabilidad del precio (y del acceso)
a la comida, grandes migraciones e incluso a la psicología y las
capacidades cognitivas. ”Las investigaciones existentes han logrado
establecer una relación causal entre el clima y los conflictos, pero no
puede explicar plenamente los mecanismos”, reconocen Hsiang y el resto.
¿Cuáles son las causas?
Para explicarlo, los autores proponen que se inicien distintas vías
de investigación abiertas gracias a las ineludibles conclusiones
aportadas por este trabajo. Según explica Miguel, lo primero es
prestar una mayor atención a los mecanismos que producen este impacto.
“Hay varias explicaciones posibles y probablemente operan a diferentes
escalas espaciales y temporales. Por ejemplo, cuando hace mucho calor,
hay cambios en la neurofisiología de los individuos que los hace más
predispuestos a la violencia. Así se explica, por ejemplo, que las tasas
de crímenes violentos son más altos en los años y meses más calurosos”,
razona este economista de Berkeley.
El clima afecta a la economía, la estabilidad de los estados, provoca desigualdades y hambrunas
“Otra clave es de tipo económico, en particular la agricultura. En
los países menos desarrollados, donde una gran parte de la población
depende de su propia producción agrícola de alimentos, las temperaturas
extremas y las lluvias pueden causar estragos en sus cultivos. La
desesperación resultante podría contribuir de forma importante a la
violencia”, asegura. Averiguar con precisión cuándo y dónde influye cada
detonante será decisivo para la elaboración de respuestas políticas
eficaces frente al calentamiento futuro.
En la agenda de los políticos
En ese sentido, los investigadores abogan por investigar como adaptar
las sociedades a las altas temperaturas y las precipitaciones más
variables. “Hemos demostrado en nuestro trabajo que la escasez de lluvia
y el aumento de las temperaturas se asocian con un mayor riesgo de
inestabilidad política en los países africanos. Una aplicación práctica
de nuestros resultados sería que los donantes de ayuda externa vigilen
más atentamente las condiciones climáticas en esos países e intervengan
con proyectos estabilizadores en años de sequía, con el fin de evitar
una escalada de conflictos políticos latentes”, afirma Edward Miguel.
Los donantes de ayuda deberían vigilar más atentamente los efectos del clima
En este sentido, el Panel Internacional sobre el Cambio Climático
(IPCC) está ultimando su próximo informe sobre las consecuencias del
cambio climático futuro, y muchos gobiernos en todo el mundo están
preparando sus propias reformas de política en torno a estas cuestiones,
explica Miguel. En medio de este debate, asegura que sus “resultados
ponen de relieve las posibles consecuencias negativas en términos de
aumento de la violencia entre personas”. Y concluye: “No podemos saber
cómo responderán los responsables políticos a nuestros resultados, pero
tenemos la gran esperanza de que desempeñen un papel importante en los
próximos debates sobre cómo nuestras nuestras sociedades deben
planificar y afrontar el futuro calentamiento global”.
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