El fuego ha regresado un año más a la Red Natura 2000 y se encajó el
jueves en el Cañón do Sil -Lugar de Interés Comunitario (LIC) englobado
en la Ribeira Sacra- hasta quemar 50 hectáreas, según datos
provisionales de la Consellería de Medio Rural de la Xunta, que dio por
controlado el incendio a media mañana de este viernes. Las llamas
camparon por la ladera que surca la montaña hasta el embalse de Santo
Estevo, en el municipio de Nogueira de Ramuín, y arrasaron a su paso
parajes del monte autóctono próximos al antiguo poblado de Iberdrola,
asomaron por las inmediaciones de la central hidroeléctrica, bordearon
el embarcadero en donde el catamarán congrega el turismo del interior
galaico por excelencia y acosaron algunas viviendas. Medio Rural cerró
este año la única emisora, ubicada en Monte Medo, de control del Cañón
do Sil, considerada “zona oscura”.
Las llamas -iniciadas a media tarde del jueves en Luintra, en la
parroquia de Vilar de Cerreda, en las inmediaciones de una de las
presas- fueron empujadas ladera arriba por el viento hasta alcanzar las
inmediaciones del pueblo de Loureiro. Fue necesaria la intervención,
hasta entrada la noche, de un amplio despliegue de brigadas a las que se
sumaron medios aéreos y efectivos de varias provincias.
El plan de prevención y defensa contra los incendios forestales de
Galicia (Pladiga) destaca como prioritarias las zonas catalogadas por su
valor medioambiental, paisajístico y etnográfico. La Ribeira Sacra (la
ruta protegida medioambientalmente de los monasterios, del vino y de los
viajes turísticos en catamarán por el desfiladero que retuerce al Sil),
ha quedado sin embargo “a su suerte con la supresión de la emisora de
control de Monte Medo”. El vocal de Amigos da Terra en el Consello
Forestal de Galicia, Xosé Santos, sostiene que los incendios “no se
detectan ahí hasta 45 minutos después de su inicio”. El portavoz
ecologista que denunció en ese órgano oficial la supresión de estas
casetas de vigilancia con las que Medio Rural “afrontó la política de
recortes”, alerta del “grave riesgo” de incendios en la Ribeira Sacra,
una zona “de clima mediterráneo de gran combustión y elevado poder de
ignición”.
Amigos da Terra sostiene que este año “no se realizó ningún trabajo de prevención de incendios en Galicia”.
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