Los permisos que la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao otorgó a
dos compañías para que surtieran de combustible a los buques en aguas
de la ría se aprobaron sin informe ambiental y por un periodo de 10
años. Ni la Xunta ni el Ministerio de Medio Ambiente se pronunciaron
sobre las licencias aunque el bunkeringconsiste en trasvasar
hidrocarburos entre medios flotantes, por ejemplo desde una gabarra que
funcionaría como gasolinera móvil para llenar los depósitos de los miles
de buques —unos 200.000— que cada año navegan por el corredor marítimo
de Fisterra. El movimiento de fuel de un tanque a otro entraña un riesgo
altísimo de vertidos, un peligro que se multiplica para una ría pequeña
y estrecha como la de Ferrol, rica en bivalvos y con un hábitat tan
singular como delicado.La Autoridad Portuaria sostiene que legalmente no se requerían más informes que el visto bueno de la Capitanía Marítima y de la Abogacía del Estado. El Pliego de condiciones para el servicio comercial de suministro, desde medios flotantes a buques, de productos petrolíferos en la zona de servicio del puerto de Ferrol se aprobó en noviembre de 2012. Esa operación se puede hacer con el barco receptor atracado en el muelle o con las dos naves fondeadas en el mar. La primera es bastante común y lleva aparejado el despliegue de barreras anticontaminación mientras que la segunda entraña mayor riesgo porque no hay un punto fijo en tierra. El bunkering entre buques fondeados es una práctica similar a la que el Gobierno ha prohibido en Gibraltar aunque a menor escala, porque el suministro se hace desde un barco más pequeño que las macrogasolineras del Estrecho. El puerto sostiene que “se trata de casos diferentes” y defiende que el pliego “regula” un servicio que ya venían realizando empresas extranjeras en la ría desde hace años “con mayores garantías de seguridad y protección ambiental”.

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