En una zona remota de la cordillera de los Balcanes, al sur de Bulgaria, crece una planta que desde hace siglos tiene fama de ser una cura natural contra la impotencia masculina, por lo que algunos la llaman el "viagra búlgaro".
Se trata de una planta con el nombre científico de "Sideritis
scardica", que en el país balcánico se toma y conoce como Mursalski chai
(Té de Mursalitsa).
Esta hierba, que se encuentra en peligro de
extinción, contiene 22 elementos químicos con efectos favorables para la
salud humana, explica a Efe el urólogo Anatoliy Alikovski, quien ha
estudiado durante años las virtudes de esta planta.
"Estimula el
sistema sexual masculino, refuerza la libido y al mismo tiempo mejora la
capacidad reproductiva y por eso es un remedio natural contra la
esterilidad", asegura.
El té de Mursalitsa
El
médico tiene su consulta privada en la localidad de Smolyan, a unos 250
kilómetros al sureste de Sofía, muy cerca de los últimos cultivos que
quedan de esta hierba.
El lugar donde mejor crece esta planta se encuentra en el monte
Rodopi, en un prado llamado "Mursalitsa", lo que ha dado el nombre
popular a esta hierba y al popular té.
La planta silvestre crece a
una altitud de entre 1.200 y 2.200 metros sobre el nivel del mar, en
medio de rocas de caliza o terrenos cársticos, bien protegidos de los
rayos del sol.
La planta de color verde crece hasta alcanzar una
altura de entre 20 y 40 centímetros, florece en junio y julio en color
amarillo y emite un aroma mixto parecido a la miel y el limón.
Gran cantidad de elementos químicos
Entre
los elementos químicos del Mursalski chai hay sustancias como cobre,
hierro, zinc, cobalto, selenio, calcio, magnesio, potasio y sodio.
"Esta
combinación hace que la hierba remedie no sólo las perturbaciones
sexuales sino que fortalezca el organismo, aumente las defensas, proteja
de catarros y gripe pero también de enfermedades cardíacas, del hígado y
renales, además de la próstata", explica el médico.
En la época
del comunismo, aunque estaba prohibida su cosecha por ser una planta
protegida, cada año a principios del verano el comité central del
partido gobernante mandaba recoger muestras de la hierba para la alta
élite política.
Además, tomar el té de Mursal formaba parte de los
programas de preparación para los cosmonautas soviéticos en la década
de 1970, asegura Alikovski.
Protección de la planta
Sin embargo, tras los cambios democráticos a comienzos de la
década de 1990 la prohibición de recogida fue levantada y se inició una
explotación que casi hizo desaparecer la planta que este médico búlgaro
llama "regalo de Dios".
"Gente de todas partes del país y también
extranjeros llegaron a esta zona para buscar esta hierba tan rara",
recuerda Alikovski.
En 1996, las autoridades búlgaras impusieron nuevamente una prohibición de recogida para evitar su desaparición.
Creada una variedad
Para
salvar la planta, expertos del Instituto de Botánica de la Academia
Búlgara de Ciencias iniciaron poco después un proyecto para crear una
variedad que se pueda cultivar en otras zonas del país y con una
composición química similar a la planta "original".
"En Trigrad
(una localidad cercana a Smolyan) lo han logrado y los campesinos
locales quieren declarar este té símbolo oficial de su localidad para
atraer a los turistas", cuenta el médico.
Un empresario local
incluso produce con las hierbas un té frío que se exporta embotellado a
Japón, donde su venta aumentó mucho tras el desastre nuclear de
Fukushima.
Y es que dicen que el Mursalski chai también remedia
los efectos de la radiación y limita su expansión por el cuerpo, asegura
el médico búlgaro. EFEverde
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