Casi un centenar de personas y medios terrestres han combatido hoy un incendio forestal simulado en una zona fronteriza entre España y Portugal, que los puestos de mando han podido seguir minuto a minuto con la ayuda de nuevas aplicaciones y tecnologías.
La alarma saltaba a las 11.25 horas cuando se recibía el primer aviso de
una torre de vigilancia de un incendio forestal en Valencia de
Alcántara, municipio fronterizo con Portugal, con posibilidades de
penetrar en el país vecino.
En un primer momento, dos retenes de la Junta de Extremadura se dirigen al probable foco del fuego, lo detectan y cada uno trabaja desde el flanco izquierdo y el flanco derecho para hacerse con él.
En un primer momento, dos retenes de la Junta de Extremadura se dirigen al probable foco del fuego, lo detectan y cada uno trabaja desde el flanco izquierdo y el flanco derecho para hacerse con él.
El control del siniestro
Pero los intentos de controlar el siniestro fracasan; se piden refuerzos
y se suman a la operación medios terrestres de Portugal.
La evolución del incendio se irá complicando durante el desarrollo de este primer ejercicio transfronterizo de simulacro de un incendio forestal hispano-luso, cuya prioridad ha sido verificar el correcto funcionamiento de nuevas aplicaciones tecnológicas diseñadas por el grupo público Tragsa.
La evolución del incendio se irá complicando durante el desarrollo de este primer ejercicio transfronterizo de simulacro de un incendio forestal hispano-luso, cuya prioridad ha sido verificar el correcto funcionamiento de nuevas aplicaciones tecnológicas diseñadas por el grupo público Tragsa.
Según ha explicado a Efe Manuel López,
subdirector de I+D+i de Tragsa, las herramientas permiten tener una
visión en tiempo real de lo que está ocurriendo en el incendio, gracias a
los Sistemas de Información Geográfica (SIG), la transmisión de vídeos y
fotos, de posicionamiento de las personas y medios, y de la "realidad
aumentada".
Esto último, posibilita solapar la realidad que se
observa en el terreno con la información adicional de interés que se ha
introducido en el sistema (puntos de agua, vías de evacuación...).
El incendio de Saelices, punto de inflexión
Un
"punto de inflexión" en el impulso de estas tecnologías fue el incendio
de Riba de Saelices (Guadalajara), originado a causa de una barbacoa
mal apagada, en el que murieron once personas, nueve de ellas
trabajadores de Tragsa, ha añadido.
Las aplicaciones, desarrolladas en versión Android, dan sensación real de cómo se está comportando el incendio.
Permiten convertir cualquier dispositivo en un localizador -marca la posición de la persona cada minuto-; usar la cámara en condiciones de visibilidad o ausencia de ella para saber qué medios y compañeros hay en un radio de 50 kilómetros; mandar fotos y vídeos georreferenciados y ver un mapa en un simple móvil con todos los recursos de extinción disponibles.
Permiten convertir cualquier dispositivo en un localizador -marca la posición de la persona cada minuto-; usar la cámara en condiciones de visibilidad o ausencia de ella para saber qué medios y compañeros hay en un radio de 50 kilómetros; mandar fotos y vídeos georreferenciados y ver un mapa en un simple móvil con todos los recursos de extinción disponibles.
Los
equipos, que hace que todos los implicados manejen y compartan la misma
información, tienen una autonomía de veinte horas y disponen de un
botón de pánico.
En la zona elegida para hacer el simulacro, con
extensas formaciones de alcornocales y pino negro, y que forman parte de
la Red Natura 2000, son frecuentes los incendios, tanto en la parte
portuguesa como en la española, ha explicado el coordinador de zona de
la Junta de Extremadura y encargado del mando único, José Antonio
Navalón.
En su opinión, lo más complicado de un incendio es
disponer de un rápido flujo de información, la gestión de la logística y
los numerosos elementos que intervienen en el mismo.
En el
simulacro, dirigido desde tres puestos de mando en una antigua aduana,
han participado miembros de la Guardia Nacional y de Protección Civil de
Portugal, de la Junta de Extremadura, de la Autoridad Forestal lusa y
personal de Tragsa.
La zona elegida ha abarcado 940 hectáreas, con
numerosas viviendas dispersas, una difícil orografía, con caminos
estrechos que han complicando el movimiento, y la dificultad de que el
fuego se originaba junto a dos laderas muy pronunciadas y separadas por
una cresta de rocas que impedía el paso de un área a otra.
El viento juega en contra
La
situación se ha complicado, debido a un inesperado cambio de dirección
de viento, lo que ha obligado a los técnicos a plantear una nueva
estrategia de combate.
Las herramientas diseñadas por Tragsa se
enmarcan dentro del proyecto Satfor (Desarrollo de soluciones
tecnológicas avanzadas para la mejora de la prevención, eficacia y
seguridad en extinción de incendios forestales), cofinanciado por el
Programa de Cooperación Territorial del Espacio Sudoeste Europeo de la
UE.
Participan en el proyecto Tragsa, Tragsatec, el Instituto Politécnico de
Portalegre y el Centro de Investigación Forestal de Lourizán. EFE
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