Tormentas y lluvias torrenciales que han provocado
inundaciones en algunas partes de Inglaterra han puesto fin al mes de
julio más caluroso en siete años, en el que se alcanzaron temperaturas
superiores a los 30ºC.
La Oficina Meteorológica renovó hoy sus advertencias por el riesgo de
inundación después de que anoche se registraran trombas de agua en el
sureste del territorio y el condado central de Midlands.
Se espera que las intensas lluvias, procedentes del norte de Francia,
se extiendan durante la jornada hacia el norte y el oeste de
Inglaterra, durante el fin de semana que marca el comienzo de las
vacaciones escolares, cuando muchas familias se desplazan.
La Oficina Meteorológica ha situado el nivel de alerta en ámbar, el
segundo de tres, y ha aconsejado a los residentes del centro y el norte
inglés prepararse para posibles inundaciones por la crecida de los ríos.
Se espera que las tormentas alcancen también a Escocia, que tiene su propio sistema de supervisión y alertas.
Este tiempo variable pone fin a un largo periodo de sol y calor que
han hecho de este julio el más caluroso vivido en Inglaterra desde 2006.
Pese a la llegada de las lluvias, que se espera se prolonguen de
forma intermitente durante varios días, las temperaturas diurnas se
mantienen en general por encima de los 20ºC.
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