Los hallazgos, publicados en 'Nature Climate Change', podrían conducir a modelos climáticos más precisos en el futuro.
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Nuevos hallazgos de la investigación del Centro de Permafrost
(CENPERM) en el Departamento de Geociencias y Administración de Recursos
Naturales de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), documentan que
durante la descongelación del permafrost puede producirse una liberación
sustancial de dióxido de carbono a la atmósfera y que el contenido
futuro del agua en el suelo es crucial para predecir el efecto de este
deshielo.
Los hallazgos, publicados en 'Nature Climate Change', podrían
conducir a modelos climáticos más precisos en el futuro. El permafrost,
la capa de hielo de los niveles superficiales del suelo de las regiones
muy frías, se está derritiendo y por lo tanto contribuye a la liberación
de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero a la
atmósfera. Sin embargo, la velocidad a la que el dióxido de carbono es
liberado del permafrost está pobremente documentado y es una de las
incertidumbres más importantes de los modelos climáticos actuales.
Los conocimientos disponibles hasta la fecha se ha basado
principalmente en la medición de la liberación de dióxido de carbono en
los estudios a corto plazo de hasta tres o cuatro meses. Los nuevos
hallazgos se basan en mediciones realizadas durante un periodo de 12
años, además de realizarse estudios con diferente contenido de agua.
El profesor Bo Elberling, director del CENPERM de la Universidad
de Copenhague, la persona que lideró esta investigación, explica: "Desde
la perspectiva del cambio climático, hay una gran diferencia entre diez
o 100 años para liberar, por ejemplo, la mitad de la reserva de carbono
del permafrost. Hemos demostrado que el suministro de oxígeno en
relación con el drenaje o el secado es esencial para una liberación
rápida de dióxido de carbono a la atmósfera".
Los nuevos hallazgos también muestran que el futuro contenido de
agua en el suelo es un factor decisivo para poder predecir correctamente
el efecto de deshielo del permafrost. Si el permafrost se mantiene en
agua saturada después de la descongelación, la tasa de descomposición de
carbono será muy baja y la liberación de dióxido de carbono se
desarrollará durante varios cientos de años, además del metano que se
produce en condiciones de saturación de agua.
Los nuevos estudios se llevaron a cabo principalmente en la
estación de investigación Zackenberg, en el noreste de Groenlandia,
además de incluir muestras de permafrost de otros cuatro lugares en
Svalbard y en Canadá, y que muestran una sorprendente similitud en la
pérdida de carbono a través del tiempo.
"Esto invita a la reflexión de que los microorganismos están
detrás de todo el problema; los microorganismos que descomponen el
depósito de carbono, los que aparecen ya actualmente en el permafrost,
son uno de los factores decisivos críticos. El contenido de agua está de
la misma manera vinculado al alto contenido inicial de hielo en la
mayoría de las muestras de permafrost. Sí, la temperatura va en aumento y
el permafrost se está derritiendo, pero son, aún, las características
del permafrost las que determinan la liberación a largo plazo de dióxido
de carbono", concluye Bo Elberling.
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