Unas 700 personas fueron evacuadas el domingo de madrugada en la isla
de Mallorca, en el archipiélago de las Baleares (España) por la amenaza
de un incendio forestal que, el domingo al mediodía, había afectado a
mil 800 hectáreas de terreno.
Debido a un cambio en la dirección del viento, los servicios de urgencia decidieron efectuar "en prevención el desalojo total del pueblo de Estellencs y el realojamiento de estas personas en un deportivo", anunció el gobierno regional en un comunicado.
Horas después, el ejecutivo balear anunció en otro comunicado que pese a que "la situación sigue siendo complicada", los equipos de extinción "lograron frenar el avance del fuego hacia el casco urbano de Estellencs".
La evacuación empezó de madrugada, a las 4:30 (2:30 GMT), con los vecinos abandonando el pueblo en sus vehículos particulares o en los autocares enviados por la Cruz Roja o la Unidad Militar de Emergencias, la unidad de socorro del ejército español en caso de catástrofe.
La localidad, con "un componente orográfico que dificulta el acceso de los efectivos por tierra", fue desalojada "para evitar posibles intoxicaciones a causa de la acumulación de humo", precisó el nuevo comunicado.
Desde el jueves, los bomberos, apoyados por aviones y helicópteros, tratan en vano de controlar las llamas.
El domingo por la tarde, 28 medios aéreos y más de 400 personas en el terreno, entre bomberos y voluntarios, intentaban apagar el fuego en la sierra de Tramuntana, declarada por la Unesco paisaje cultural patrimonio de la humanidad en 2011.
Esta región montañosa y salvaje, de laderas abruptas, se encuentra en el noroeste de la isla de Mallorca, con el mar Mediterráneo a sus pies.
El paisaje, modelado por una agricultura milenaria, está conformado de cultivos en terrazas y mecanismos de distribución del agua interconectados que incluyen molinos hidráulicos, así como construcciones de piedra sin argamasa y granjas.
Los incendios forestales son muy frecuentes en España durante el verano, avivados por el viento y una vegetación habitualmente muy seca.
Hasta el momento, tras un invierno lluvioso, los fuegos han sido mucho menos dañinos que en 2012, un año especialmente devastador: 13 mil 335 hectáreas han quemado en 2013 entre el 1 de enero y el 21 de julio según el ministerio de Agricultura, contra 147.854 hectáreas en el mismo periodo del año anterior.
Debido a un cambio en la dirección del viento, los servicios de urgencia decidieron efectuar "en prevención el desalojo total del pueblo de Estellencs y el realojamiento de estas personas en un deportivo", anunció el gobierno regional en un comunicado.
Horas después, el ejecutivo balear anunció en otro comunicado que pese a que "la situación sigue siendo complicada", los equipos de extinción "lograron frenar el avance del fuego hacia el casco urbano de Estellencs".
La evacuación empezó de madrugada, a las 4:30 (2:30 GMT), con los vecinos abandonando el pueblo en sus vehículos particulares o en los autocares enviados por la Cruz Roja o la Unidad Militar de Emergencias, la unidad de socorro del ejército español en caso de catástrofe.
La localidad, con "un componente orográfico que dificulta el acceso de los efectivos por tierra", fue desalojada "para evitar posibles intoxicaciones a causa de la acumulación de humo", precisó el nuevo comunicado.
Desde el jueves, los bomberos, apoyados por aviones y helicópteros, tratan en vano de controlar las llamas.
El domingo por la tarde, 28 medios aéreos y más de 400 personas en el terreno, entre bomberos y voluntarios, intentaban apagar el fuego en la sierra de Tramuntana, declarada por la Unesco paisaje cultural patrimonio de la humanidad en 2011.
Esta región montañosa y salvaje, de laderas abruptas, se encuentra en el noroeste de la isla de Mallorca, con el mar Mediterráneo a sus pies.
El paisaje, modelado por una agricultura milenaria, está conformado de cultivos en terrazas y mecanismos de distribución del agua interconectados que incluyen molinos hidráulicos, así como construcciones de piedra sin argamasa y granjas.
Los incendios forestales son muy frecuentes en España durante el verano, avivados por el viento y una vegetación habitualmente muy seca.
Hasta el momento, tras un invierno lluvioso, los fuegos han sido mucho menos dañinos que en 2012, un año especialmente devastador: 13 mil 335 hectáreas han quemado en 2013 entre el 1 de enero y el 21 de julio según el ministerio de Agricultura, contra 147.854 hectáreas en el mismo periodo del año anterior.
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