Una conjetura
es una afirmación que se presiente pero que no se sabe explicar en ese
momento. Por ejemplo, Colón tenía la conjetura de que navegando hacia
el oeste llegaría a las Indias, a Extremo Oriente.
INNOVAticias.
El galardón José Luis Rubio de Francia destaca su contribución a la resolución de la conjetura de Nash en superficies singulares. ¿Qué es una conjetura?
Una conjetura es una afirmación que se presiente pero que no se sabe
explicar en ese momento. Por ejemplo, Colón tenía la conjetura de que
navegando hacia el oeste llegaría a las Indias, a Extremo Oriente. Al
final se supo que tenía razón solo en parte. Efectivamente se podía
llegar yendo hacia el oeste, pero en medio apareció un continente nuevo
que no esperaba. Vemos cómo intentar corroborar una conjetura hace
avanzar el conocimiento.
¿Y qué es una singularidad?
Es un punto especial de un espacio, de una curva o de una
superficie. En un mapa, las carreteras serían las curvas; y los cruces,
los puntos singulares. En la naturaleza aparecen singularidades
cuando se producen cambios bruscos en un fenómeno, por ejemplo un
tornado o un cambio de estado en la materia.
¿Qué planteaba exactamente la conjetura de Nash?
El punto de partida es que toda superficie con una singularidad se
puede recuperar a partir de otra superficie sin singularidades cuando
colapsamos ciertas curvas contenidas en ella. Nash intuyó que se podía
saber cuántas curvas había que colapsar mirando solamente las
trayectorias que pasan por la singularidad.
¿Cómo podemos visualizar esto?
Se pueden visualizar bocetos, pero que no reflejan más que
esquemáticamente el problema, ya que se trata de singularidades
definidas sobre números complejos, donde la dimensión se multiplica por
dos –dimension 2 compleja es 4 en el mundo real–. Es decir, una
superficie compleja tiene ya dimensión 4, por lo que no se puede
representar en 3D.
Aún así ¿alguna imagen para comprender cómo se recupera una singularidad de una superficie lisa?
Imagina que abrazamos un cilindro con un hilo. Estrangulamos el
cilindro por la mitad con el hilo haciendo una circunferencia cada vez
más y más pequeña. Obtenemos así un doble cono. Cada trayectoria sobre
la superficie del cono corresponde a una única trayectoria por el
cilindro original, que veríamos si revertimos el proceso de
estrangulamiento. Además, si la trayectoria sobre el cono pasa por el
vértice, es decir por la singularidad, entonces la trayectoria
correspondiente sobre el cilindro pasará por la circunferencia que hace
el hilo.
¿Y qué dice para esta singularidad la conjetura de Nash?
Que hay una única familia de trayectorias, porque solo hay una
circunferencia que estrangulamos. Si hubiéramos tenido que colapsar
varias circunferencias para obtener la singularidad, entonces la
conjetura diría que habría varias familias de arcos o trayectorias
distintas, exactamente una por circunferencia. El concepto de familia de
arcos está relacionado con el hecho de poder deformar unas
trayectorias en otras.
¿Las matemáticas también son bellas, además de prácticas?
Las matemáticas son útiles, a todos los niveles, para situarnos en
el mundo en que vivimos y para mejorar en la comprensión de la
naturaleza. Sus aplicaciones son en gran parte impredecibles. Por eso, y
por lo que repercute en la calidad de la formación de las futuras
generaciones, es importante hacer investigación en matemáticas. Pero
por supuesto, los que hacemos matemáticas disfrutamos con ello, ya que
tienen una componente estética muy importante. De hecho, uno de los
motivos de elegir el reto de la conjetura de Nash fue porque era un
problema ‘bonito’, además de la intuición de que había algo que podía
aportar.
¿Ha conocido a John Nash, el protagonista de la historia Una mente maravillosa?
Yo no he coincidido con él, tan solo contactado
por mail. Pero Javier Fernández de Bobadilla –con el que resolví la
conjetura– sí que dio una charla en la Universidad de Princeton (EEUU)
a la que Nash asistió, y dijo alegrarse de la solución que habíamos
encontrado. John Nash ha sido muy influyente en las matemáticas del
siglo XX, realmente una mente privilegiada como plantea el título del
libro y la película. A sus 85 años, todavía tiene despacho en
Princeton.
¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Este mes me incorporo al ICMAT con un contrato posdoctoral de un año
prorrogable a tres, toda una suerte y una rara excepción, según está
el panorama hoy en España. Algunas investigaciones seguirán en la
línea de la conjetura de Nash. El hecho de que sea cierta da mucha
fuerza al estudio del denominado ‘espacio de arcos’ –el de las
trayectorias que pasan por una singularidad–, lo que puede ser muy
útil en dimensión superior, donde hay más preguntas abiertas. También
estoy interesada en investigar cómo varían ciertas propiedades
algebraicas en familias de singularidades donde la geometría es
constante.
Acaba de llegar de París. ¿Qué destacaría de su estancia
posdoctoral en el Instituto de Matemáticas de Jussieu y la Universidad
de Lille?
Francia es un país importantísimo en matemáticas, por su
impresionante tradición y por su presente, que construyen día a día.
Basta ver la cantidad de matemáticos, muchos de ellos extranjeros, que
se incorporan cada año a sus universidades y centros de investigación.
Esto hace que el sistema se enriquezca continuamente y suba el nivel
de los centros de formación de futuras generaciones. Ojalá que en
España se aprovechara igual la inercia que existe en estos momentos, y
que, al contrario que en Francia, donde se ha heredado, ha costado
mucho esfuerzo conseguir a lo largo de los años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario