Ecologistas en Acción defiende la iniciativa Yasuní-ITT, a pesar de sus limitaciones, como ejemplo de restitución de la deuda ecológica. La iniciativa pretende mantener indefinidamente bajo tierra el petróleo existente en el Bloque ITT
ECOticias.
Ecologistas en Acción se suma a la campaña Amazonía por la Vida en su petición de conservación del Parque Natural Yasuní a través de la iniciativa
Yasuní-ITT que pretende dejar bajo tierra el crudo allí encontrado.
Con el mes de julio termina el plazo que el Gobierno ecuatoriano se ha
dado para determinar si continúa con la iniciativa Yasuní-ITT o la entierra y extrae el petróleo.
Ecologistas en Acción defiende la iniciativa Yasuní-ITT, a pesar de sus limitaciones, como ejemplo de restitución de la deuda ecológica. La iniciativa
pretende mantener indefinidamente bajo tierra el petróleo existente en
el Bloque ITT, dentro del Parque Nacional Yasuní. La propuesta,
impulsada desde Ecuador en el año 2007, es esencial para la
conservación de una de las reservas de biodiversidad más importantes del
planeta, la cual incluye la existencia de los pueblos
en aislamiento voluntario Tagaeri y Taromenane. Asimismo, la propuesta
Yasuní-ITT representa una innovadora contribución a la lucha contra el
cambio climático y, ante todo, supone un primer paso para cuestionar
la lógica extractivista que permitiría abrir las puertas a la
construcción colectiva de una economía post-petrolera.
Para llevar a cabo esta iniciativa el Gobierno ecuatoriano se comprometió a aportar el 50% de las rentas que Ecuador dejaría de ingresar
por la no-explotación del crudo, a cambio de una compensación
internacional por valor de al menos el otro 50% (alrededor de 3.600
millones de dólares). Sin embargo, transcurridos seis años desde la
presentación pública de esta iniciativa, la evaluación económica realizada recientemente por el Gobierno hace peligrar el proyecto. El presidente Rafael Correa,
tras adelantar que las cifras recaudadas hasta la fecha son pobres,
determinará a finales de este mes de julio si mantiene el proyecto Yasuní-ITT para dejar bajo tierra el crudo o si se procede a su explotación.
La decisión sobre el futuro del Yasuní coincide con la expansión de
la frontera petrolera hacia el centro-sur de la Amazonía ecuatoriana a
partir de la denominada XI Ronda Petrolera, a través de la cual el
Gobierno ecuatoriano ha sacado a licitación 13 nuevos bloques petroleros
para su exploración y explotación. Estos planes afectarán a más de 3
millones de hectáreas de bosque tropical y a los territorios de siete
nacionalidades indígenas, incrementando la enorme presión existente en
el área. Es preciso destacar que los importantes daños ecológicos y
sociales en las regiones petroleras no han dejado de crecer. Así lo
demuestran el reciente derrame de crudo sobre el río Napo, así como los
conflictos entre los pueblos Waorani y Taromenane derivados de las presiones y las aspiraciones de explotación sobre sus territorios.
En este contexto, Ecologistas en Acción se suma a la campaña Amazonía por la Vida y reafirma que la iniciativa Yasuní-ITT es una senda posible para avanzar hacia un modelo
post-fosilista. Las organizaciones apuestas por la propuesta desde una
perspectiva de justicia ambiental, desde las responsabilidades comunes
pero diferenciadas. De esta forma, consideran que la aportación
internacional al proyecto debe ser exigida como resarcimiento por la deuda ecológica contraída por los países industrializados con Ecuador.
La iniciativa Yasuní-ITT puede ser un paso importante para construir globalmente el Sumak Kawsay/Buen Vivir.
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