No cita para nada el Programa 21 de Río 92, ni la Agenda 21 Local, ni
la ineludible y esencial participación directa de los pueblos en sus
municipios, ni el principio de subsidiariedad que debe presidir esta
materia
ECOticias.
Del 20 al 22 de junio 2012, se ha celebrado en Río de Janeiro la
conferencia-aniversario de Desarrollo Sostenible, cuando se cumplen 40
años de la Conferencia de Medio Ambiente Humano de Estocolmo 1972 y del
Primer Informe al Club de Roma, 20 años de la Cumbre de la Tierra de
1992 y 10 años de la Cumbre de Johannesburgo 2002. Su Secretario
General, desde 2010, es el Sr. Sha Zukang, diplomático, de nacionalidad
china y Secretario General adjunto de la ONU. Del documento-mensaje
clave emitido por el Ministerio español y difundido por su Fundación
Biodiversidad, destacaremos su insistente enfoque político e
institucional para el Desarrollo Sostenible, dejando patente que
continúa cifrando como determinante el rol de las administraciones públicas. No cita para nada el Programa 21 de Río 92, ni la Agenda 21 Local, ni
la ineludible y esencial participación directa de los pueblos en sus
municipios, ni el principio de subsidiariedad que debe presidir esta
materia, sino que alude a una leve y vaporosa integración de la participación de la sociedad en el proceso previo a la toma de decisiones gubernamentales,
con toda la pinta de justificativa. Esperan mucho de la economía verde y
de la gobernanza ambiental internacional. La Cumbre de los Pueblos
recrimina al Secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, no incluir las
propuestas presentadas por ellos. El documento final, El futuro que queremos de
53 páginas, carece de metas vinculantes, ambición, concreción y
financiación. Han faltado líderes como Obama, Merkel, Cameron... Los
términos usados son inocuos (deberían.. respaldamos… estimulamos..).
Todo indica que el documento estaba listo antes de la comparecencia de
los grandes políticos. Al fin un show mediático, un festival con gastos y
deshechos desorbitados. Una plataforma para el GRI, Aviva y grandes
firmas que usan la materia para el marketing verde. Olvido
sistemático de la imprescindible participación de la sociedad civil,
del principio de subsidiariedad y de la implicación de los pueblos, de
los habitantes de la Tierra que, según ellos –peor nos lo ponen- serán 9.000.000.000 en 2050 . Ya hay un escrito de réplica que se titula El futuro que no queremos.
La segunda acepción del adjetivo subsidiario en el DRAE,
aplicase a la acción o responsabilidad que suple o robustece a otra
principal. El principio de subsidiariedad es contrario a cualquier tipo
de totalitarismo de Estado. El Estado debe promover, estimular y ayudar
la iniciativa privada de los ciudadanos y en modo alguno debe
suprimirla. Este principio pretende la participación cívica en el bien
común y la lucha contra el absolutismo de Estado. Es un derecho
primordial que ningún Estado sujete bajo la regulación de su autoridad
cuestiones morales, educativas, sanitarias, económicas, culturales,
religiosas, etc. que puedan ser desarrolladas libremente por la persona,
la familia, el municipio y otros cuerpos intermedios. Este principio es
fundamental para asegurar los derechos y libertades reales de la
persona y de las sociedades. El hombre es anterior al Estado y tiene el
derecho natural de velar por su vida y por su cuerpo. Algunas
sociedades, como la familia y el municipio, corresponden más
inmediatamente a la naturaleza del hombre y le son necesarias. Una
estructura social de orden superior no debe interferir en la vida
interna de un grupo social de orden inferior privándole de sus
competencias, sino que debe sostenerle y ayudarle para el bien común.
Este principio de subsidiariedad, se opone frontalmente a toda forma de
colectivismo. Es un principio universal y ha de aplicarse a todos los
campos: educación, sanidad, moral, cultura, economía… La partitocracia,
que es una patente corrupción de la democracia, anula la participación
directa en política del pueblo soberano. La pone de los nervios pensar
en ella. Los partidos conocidos como “malminorístas” y tolerantes que
invocan el principio del “voto útil”, siguen, corporativistas del
sistema, en la línea obstructiva a la participación.
El atropello sistemático del principio de subsidiariedad conduce al
absolutismo moderno que arteramente se escuda en la maquiavélica razón de Estado
para, al fin, mantenerse una casta en el machito de los privilegios.
Esta actitud conduce idefectiblemente al Leviatán hobbesiano, al
Estado-Dios hegeliano... y a los días de desastre que vivimos debidos a
las incompetencias grotescas y clamorosas de esa casta y al modelo
implantado en 1978 y traído hasta la fecha, que no quiere enmendarse.
Léanse las anti-utopías de Huxley, Un mundo feliz y Orwell, 1985.
El mejor exponente de la subsidiariedad ejercida sanamente en la
práctica, es la Agenda 21 local de verdad, la de la participación
directa real, no la manipulada y tecnificada de las auditorías y
diagnósticos propiciada a través del ICLEI y tan bien asimilada por la
FEMP y las administraciones en España. Es curioso reseñar que el
espíritu de esta Agenda 21, la participación real, se ha trasladado,
mantenido y reducido festivamente al ámbito escolar. Jibarización inocua
pero significativa de que se ha entendido el mensaje pero que no se
quiere seguir porque no les conviene. Se ha rechazado desvergonzada y
conscientemente ejercer la participación en el nivel que le corresponde,
el municipio.
En esa agenda 21 escolar no hay auditorías ni diagnósticos de
entidades ajenas. Se deja participar a los niños. Quizás haya dirigismo
por parte de algunos profesores tan sabios ellos, pero al menos se conserva la esencia.
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