En los últimos dos meses, la Agencia de Protección Ambiental (EPA), recibió un número sin precedentes de comentarios de dos millones de individuos
ECOticias.
Este verano ya amenaza con hacer historia. El noreste cambió
suéteres por sudor en menos de una semana; las sequías persistentes han
producido incendios forestales que han roto records en Nuevo México; y
tan solo unas semanas dentro de la temporada de huracanes, ya estamos
viviendo la cuarta tormenta con nombre propio en el Atlántico. Los
riesgos del cambio climático son reales para millones de latinos en
estas partes gravemente afectadas del país, así como para las millones
de personas que trabajan al aire libre en el calor o viven en zonas que
no cumplen con las normas de aire limpio y están luchando con los costos
médicos. Reconociendo esto, Voces Verdes, junto con un número récord de organizaciones latinas en todo el país que representan a millones y cientos de profesionales hispanos de la salud
están de pie para apoyar nuevas normas de aire limpio que salvaran
vidas mediante la reducción de la contaminación producida por las
centrales eléctricas de carbón.
En los últimos dos meses, la Agencia de Protección Ambiental (EPA), recibió un número sin precedentes de comentarios de dos millones
de individuos y grupos que apoyan las nuevas normas para reducir la
contaminación de carbono en el aire. Hasta ahora, las centrales
eléctricas de carbón, que son las principales contaminadoras de carbono
en nuestra nación, han contaminado el aire sin control y nosotros hemos
pagado el precio. La contaminación de carbono se acumula en la
atmósfera, acelerando el cambio climático y nos embarca en un rumbo
donde los veranos serán aún más calurosos, las olas de calor y las
tormentas serán más frecuentes y desastrosas, y los riesgos aumentaran
para la salud de los latinos y todos los estadounidenses.
La contaminación de carbono, la cual causa el calentamiento global,
tiene consecuencias fatales para la salud de las familias latinas. Casi
el 83 por ciento de los trabajadores agrícolas de nuestro país son
latinos, trabajando fuera durante largas horas en condiciones
peligrosamente calurosas. Desde la década de 1990, las tasas de muertes relacionadas con el calor
entre los trabajadores agrícolas de Estados Unidos se han triplicado. Y
el futuro sólo se ve peor ya que el año pasado fue el segundo verano
más caluroso y seco de la historia, y 2012, ya ha establecido nuevos
récords de temperatura en los 48 estados más sureños. Eso significa que
los trabajadores agrícolas en EE.UU. pueden esperar aún más casos de
deshidratación grave, insolación y agotamiento por calor mientras que
nuestro planeta arde.
Aumentos de temperatura
también empeoran el smog, amenazando la salud de los niños latinos que
corren y se recrean al aire libre con asma. Casi la mitad de todos los
latinos en EE.UU. ya viven en áreas donde el smog contamina el aire que
respiramos. El costo de los gastos médicos para controlar el asma, la
bronquitis crónica u otras enfermedades respiratorias agravadas por la
contaminación, puede ser devastador para cualquier familia. Peor
contaminación debido a un clima más cálido será especialmente
devastadora para los latinos y las comunidades inmigrantes, quienes son
los menos propensos a estar asegurados, en comparación con otros grupos
en los EE.UU.
Afortunadamente, nuestro gobierno federal tiene ahora una oportunidad
histórica para proteger la salud de las familias latinas y todas las
comunidades. Las nuevas reglas nos ayudarán a fijar en el camino hacia
las fuentes de energía más limpias, más seguras y hacia el crecimiento
económico que viene de nuevas industrias, como la energía solar, eólica y
la eficiencia energética.
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