En las plantas de procesamiento de almidón de yuca de la vereda La
Agustina, camino al municipio de Santander de Quilichao (Cauca), Aram
Joel Panay, director del laboratorio de bioquímica de la Universidad
Icesi de Cali, y Catalina Mosquera, su alumna, hallaron seis grupos de
bacterias capaces de seleccionar y degradar completamente las partículas
de cianuro en diez días.
Este descubrimiento, hecho a partir de
un alimento común y abundante en Colombia, podría convertirse en una
solución que permita eliminar el cianuro de los procesos de minería
ilegal de oro justo antes de que el peligroso tóxico llegue a los ríos.
¿Cómo
es posible? Según explica el docente, algunas variedades de yuca,
particularmente las amargas, contienen un porcentaje de cianuro. Los
investigadores sospecharon que algunos microorganismos podrían
haberse adaptado a vivir en estas condiciones e incluso haber
desarrollado la capacidad de degradar esta sustancia tóxica.
Luego
de ocho meses de análisis corroboraron su hipótesis. Al estudiar
muestras de diferentes bacterias presentes en las raíces de la planta,
identificaron seis grupos capaces de metabolizarel cianuro. Para ellos,
se trata de una potencial alternativa en la limpieza de aguas
contaminadas con cianuro.
Teniendo en cuenta que en la minería
ilegal se utilizan agua y cianuro para disolver los metales preciosos y
que esa actividad se desarrolla en varias regiones del país (aunque no
hay una cifra exacta), el nuevo objetivo del equipo es dotar a los
mineros con tanques que contengan las bacterias extraídas en las plantas
de procesamiento de yuca, para que ellos mismos puedan contribuir a la
descontaminación de las aguas residuales antes de que éstas vayan a
parar a los ríos, como es el caso, según expone Panay, del Dagua, en la
localidad vallecaucana de Zaragoza, muy contaminado y además plagado de
dragas y grandes excavadoras.
La dificultad para lograrlo, resalta
el investigador, ha sido acceder a los puntos en los que el proyecto
tendría un impacto. “Quisiéramos tener ya unos lugares detectados donde
esto funcione, pero por temas de seguridad, y porque tampoco hay
información oficial sobre minería ilegal y el uso de cianuro, ha sido
muy complicado”, resalta.
Así, aunque estos investigadores admiten
que hacen faltan unas fases de trabajo para la aplicación extensiva del
desarrollo, confían en que, con el apoyo del Gobierno y del mismo
sector de los mineros, podrán contribuir a solucionar un grave problema
medioambiental.
“Ojalá esto sirva en la comunidad científica para
que entendamos que hay elementos de nuestra cotidianidad, como la yuca,
que tienen una aplicación importante y ni siquiera pensamos en
explorarlos”, concluye Panay.
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