Bajo el título Territorio, ciudad y construcción, el Círculo
de Bellas Artes de Madrid ha albergado este jueves un debate acerca del
modelo urbanístico en España. En el encuentro, organizado por el
Círculo Cívico de Opinión -una asociación sin ánimo de lucro formada por
unos 30 académicos- los participantes han abogado por la sostenibilidad
de la urbe compacta, en lugar de una metrópoli dispersa, aquella que al
crecer obliga a los ciudadanos a hacer grandes desplazamientos desde
las afueras al centro, lo cual conlleva un elevado consumo energético,
de tiempo y de territorio. “Por extraño que parezca, el cemento es más
ecológico que el césped. Y una ciudad compacta es más ecológica que una
ciudad jardín”, ha concluido uno de los ponentes, el catedrático de
proyectos arquitectónicos Luis Fernández-Galiano.
Este debate ha sido el cuarto organizado por el Círculo Cívico de
Opinión. Moderado por José Luis García Delgado, catedrático de economía
aplicada, ha contado con la intervención del también catedrático de
economía aplicada Manuel Martín Rodríguez; de la catedrática de
geografía Josefina Gómez Mendoza, y del ya citado Fernández Galiano.
Tres puntos de vista desde los que se ha abordado el modelo de
crecimiento urbanístico que tantos quebraderos de cabeza ha dado a
España, con aglomeración en ciudades como Madrid y Barcelona y el
litoral mediterráneo, y desertización en el centro del país.
Que no exista una excesiva congestión, que se garantice la salubridad
y la seguridad física. Son los tres aspectos que preocupan a
Fernández-Galiano en las urbes. Una vez que estos puntos han sido
asegurados, “circunstancia que se cumple en las principales ciudades
europeas”, el modelo de metrópoli compacta es el ideal. “El mundo ha
imitado el modelo americano, basado en la casa y en el coche. De esta
forma se consume territorio, tiempo, material y energía. Madrid, por
ejemplo, se ha desparramado. No hemos sabido construirla. Hay que volver
al paradigma anterior, con núcleos urbanos y las zonas colindantes
despejadas”, ha afirmado el catedrático.
Martín Rodríguez ha coincidido con Fernández-Galiano y ha centrado su
intervención en las tres crisis económicas por las que ha atravesado
España en los últimos 50 años, todas relacionadas con el sector
inmobiliario. El catedrático ha invitado a reflexionar sobre los puntos
comunes de todas ellas –gran consumo de suelo, financiación abundante y
quiebras de bancos- para evitar “caer en la tentación de hacer de la
construcción y de la inversión residencial la palanca de crecimiento”.
“Entre 1987 y 2006, han sido construidas 307.000 hectáreas de terreno en
nuestro país”, ha indicado, y ha añadido que se trata de una muestra
del auge de la ciudad dispersa frente al modelo tradicional de ciudad
compacta.
Gómez Mendoza también se ha mostrado crítica con la construcción en
España, y ha destacado la siguiente paradoja: “Sobra suelo, sobran
inmuebles, pero hay una falta de viviendas para cierta demanda”. La
catedrática de geografía ha centrado su ponencia en el municipio de
Madrid, que ha definido como “mal diseñado” y ha calificado el urbanismo
de la periferia como “sobredimensionado”. Gómez Mendoza ha animado a
realizar un diagnóstico a todas las escalas de las ciudades, no solo
desde el punto de vista económico, y también ella ha abogado por
restaurar los tejidos antiguos de las metrópolis en lugar de crear otros
nuevos. En definitiva, han sido tres puntos de vista que han apostado
por “volver a la sensatez”.
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