Tres días después del terremoto que asoló el sudoeste
de Pakistán, las autoridades reconocen que aún hay zonas sin asistir y
la prensa local alerta que el número de muertos va mucho más allá del
dato oficial de 359.
"Las cifras confirmadas son 359 fallecidos y 755 heridos. Eso es lo
que sabemos seguro", dijo hoy a Efe el portavoz del Gobierno provincial
de Baluchistán, Jan Mohamed Buladi, que reconoció que hay zonas a las
que los equipos aún no han llegado.
"La mayoría de zonas afectadas ya han recibido asistencia, pero hay
algunas áreas muy remotas a las cuales no hemos podido acceder", afirmó
Buladi, que salió al paso de informaciones publicadas en la pren
sa local
sobre centenares de muertos aún no contabilizados.
Vecinos del municipio de Mashké, uno de los más afectados, citados
por el diario Express Tribune afirman que al menos 400 personas han
muerto en esa zona y citan el caso de una escuela religiosa en el que
murieron 20 alumnas tras derrumbarse el techo.
Las imágenes facilitadas por los primeros reporteros que han llegado
al distrito de Awarán, el más golpeado y al que pertenece Mashké,
muestran poblaciones enteras reducidas a escombros.
Según el Express Tribune, algunas fuentes locales afirman que el número de muertos por el sismo superará el millar.
"No podemos comentar esas informaciones", fue la respuesta de Buladi.
El portavoz de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres, Kamran
Zia, afirmó ayer que Mashké es una de las áreas a las que no ha llegado
ayuda oficial.
"Mashké ya era antes una de las zonas más pobres de Baluchistán (a su
vez la región más depauperada del país) y esta catástrofe "no ha hecho
más que empeorar las cosas", explicó el director del organismo
provincial de gestión de desastres, Abdul Basit.
"Afrontamos en esa zona grandes dificultades de acceso y unos caminos
intransitables para camiones, por lo que tenemos que llegar con
vehículos pequeños", añadió Basit, quien desde Quetta coordina toda la
ayuda que está llegando a las amplias zonas afectadas.
Sobre la posibilidad de que el balance final de muertes sea mucho
mayor que el actual, Basit, como otros responsables gubernamentales,
evitó pronunciarse con claridad y se limitó a aceptar que existe esa
posibilidad, aunque añadió que tiene "esperanza de que no sea así".
A pesar de su responsabilidad, el organismo dirigido por Basit, solo
dispone en Quetta de unas modestas instalaciones y una veintena de
personas, a lo que hay que añadir algunas delegaciones locales de
distrito.
Medios y analistas locales han criticado esta semana la falta de
recursos de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA), de la
que Basit es responsable provincial, para afrontar una tarea casi
hercúlea.
La NDMA fue creada precisamente tras otro terremoto que sufrió el
norte de Pakistán en 2005, que causó más de 80.000 muertos, para evitar
el caos de coordinación institucional que se dio entonces, aunque el
organismo parece lejos de las prestaciones exigidas.
Hace días que los medios locales denuncian que la asistencia no está
llegando a buena parte de la población afectada, cuyo número también es
objeto de controversia, y va de las 160.000 de los cálculos
conservadores y el doble que afirma el Gobierno regional.
Por otra parte, ayer hubo dos incidentes en los que autoridades
desplazadas a la zona y equipos policiales de rescate fueron atacados,
por lo que el portavoz del Ejecutivo provincial pidió a los diversos
grupos armados de la zona que no saboteen el rescate.
"Esperamos que no se repitan esos ataques y que la seguridad de los
equipos no sea un problema añadido al de la catástrofe", dijo a Efe
Buledi.
Baluchistán es la provincia paquistaní que el año pasado registró
mayor número de víctimas mortales en actos terroristas, más de 600,
debido a la actividad de diversos grupos armados tanto de corte
nacionalista como facciones yihadistas, como bandas mafiosas.
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