Las
conclusiones del trabajo, desarrollado por los investigadores Javier
Castaño, Pedro Álvarez y Marcos Barrio, acaban de publicarse en la
revista International Forestry Review y permiten a los especialistas establecer pautas
INNOVAticias.
Un
equipo de investigadores de la Universidad de Oviedo (UNIOVI) ha
elaborado modelos matemáticos que permiten determinar cuánto dióxido de
carbono pueden absorber las diez especies más comunes en los bosques
atlánticos.
Las conclusiones del trabajo, desarrollado por los investigadores
Javier Castaño, Pedro Álvarez y Marcos Barrio, acaban de publicarse en
la revista International Forestry Review y permiten a los especialistas establecer pautas para lograr una gestión forestal más eficiente y mejor planificada.
El trabajo, llevado a cabo desde el Grupo de Investigación de
Sistemas Forestales Atlánticos – GIS Forest- (Departamento de Biología
de Organismos y Sistemas) en colaboración con la Unidad Mixta de
Investigación en Biodiversidad del Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, ha sido fruto de una importante labor de campo en los
bosques de Asturias y Galicia durante años.
Los investigadores han logrado establecer modelos matemáticos que, en función de diferentes factores, pueden calcular cuánto CO2 absorbe una masa forestal de una determinada especie.
El artículo recopila las fórmulas aplicables a las diez especies más
comunes en el noroeste peninsular. Algunas de ellas, que se habían
elaborado con anterioridad, han sido reajustadas y otras se han
calculado por primera vez, como en el caso del castaño (castanea sativa), abedul celtibérico (betula pubescens), haya (fagus sylvatica) y tres especies de roble (quercus petraea, quercus pyrenaica y quercus robur).
Sumideros de CO2
Para poder calcular cuánto dióxido de carbono absorbe cada una de las
especies, los modelos tienen en cuenta las condiciones ambientales en
que se hallan los árboles, la densidad del arbolado existente, la
regeneración que ha existido en la zona o los tratamientos selvícolas
aplicados o planteados. Los niveles de absorción de una misma especie
pueden variar en función de estas variables.
Las grandes masas forestales de Asturias y Galicia actúan como
importantes sumideros de dióxido de carbono que pueden influir de
manera notable a la hora de mitigar los efectos del cambio climático.
El Grupo de Investigación de Sistemas Forestales Atlánticos
(GIS-Forest), que dirige el doctor Pedro Álvarez, ha constatado que las
especies de crecimiento rápido, como por ejemplo los eucaliptos,
pueden actuar como soluciones rápidas en casos como cultivos
energéticos que necesiten producir biomasa con rapidez; actuando también
como eficaces sumideros de CO2 a corto plazo. Sin embargo,
las especies de crecimiento lento como el roble o el haya, aun teniendo
tasas de crecimiento más bajas, constituyen reservorios durante más
tiempo, por lo que son preferibles en aquellas condiciones ambientales
menos adecuadas para las de crecimiento rápido.
Los modelos elaborados y las conclusiones alcanzadas en el trabajo
facilitan la planificación y gestión de las grandes masas forestales
del noroeste ya que también establecen el nivel de producción de
biomasa de las especies más comunes. Esos datos resultan claves para la
toma de decisiones como definir las labores silvícolas necesarias en
cada zona o determinar qué especie en más adecuada para repoblar un
área concreta del monte.
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