Los
esfuerzos para salvar el cóndor de California, el ave más grande de
América del Norte, se ven amenazados por el plomo de los perdigones
ingerido por estos carroñeros al alimentarse de ciervos abatidos por
cazadores, según un estudio publicado el lunes.
Desde su casi desaparición en 1982, la población de cóndores de
California ha aumentado de 22 a 400 ejemplares gracias a diversas
medidas, como la cría en cautiverio, la vigilancia de los ejemplares
existentes y los cuidados veterinarios de especímenes liberados a su
hábitat natural.
"No podemos tener nunca una población de cóndores que vivan en la
naturaleza si no resolvemos este problema", insistió Myra Finkelstein,
una toxicóloga de la Universidad de California en Santa Cruz (oeste),
principal autora de esta investigación.
"En la actualidad, los cóndores de California son marcados y
vigilados; se los atrapa dos veces al año para hacerles pruebas de
sangre, y cuando es necesario se los trata por intoxicación en clínicas
veterinarias, y aún así se siguen muriendo regularmente por
envenenamiento con plomo", dijo.
El estudio reveló que entre 1997 y 2010, el 20% de los cóndores de
California evaluados anualmente sufría de envenenamiento con plomo y
debió recibir un tratamiento utilizado en niños víctimas de ese mismo
problema.
En total, durante este período de 13 años, casi la mitad de los
cóndores estudiados resultaron afectados por envenenamiento con plomo,
muchos en repetidas ocasiones.
"La exposición al plomo y la incidencia de envenenamiento por plomo
continúa siendo una epidemia entre los cóndores", dijo Dan Doak,
profesor de ciencias ambientales de la Universidad de Colorado en
Boulder (oeste), coautor de esta investigación.
Según Doak, "a pesar de los esfuerzos actuales para preservar esta
especie, la población silvestre de estas aves se reducirá una vez más
hacia la extinción en unas pocas décadas a menos que estos esfuerzos no
sostenibles y muy caros continúen a perpetuidad".
Las medidas aplicadas para salvar el cóndor de California en peligro
de extinción por varias agencias federales, incluyendo el Departamento
de Pesca y Vida Silvestre (FWS), una agencia del gobierno
estadounidense, cuestan unos cinco millones de dólares al año.
Los estudios realizados hasta ahora no han encontrado ninguna señal
de que la prohibición parcial en California en 2008 del uso de cartuchos
con balas de plomo en el hábitat de los cóndores haya reducido la
incidencia de envenenamiento con plomo en estas aves, señalaron los
autores de esta última investigación.
Aunque existen alternativas al plomo, las regulaciones que limitan el
uso de estas municiones suscitan la viva oposición de las asociaciones
de cazadores y de los defensores del derecho a portar armas en Estados
Unidos, precisaron los investigadores.
El cóndor de California, que se encuentra principalmente en
California, Arizona y Baja California en México, tiene unas dimensiones
impresionantes. Su tamaño varía de 1,1 a 1,27 metros con una envergadura
de 2,5 a 3 metros y un peso de 11 a 13,5 kg.
Los esfuerzos para salvar el cóndor de California, el ave más grande
de América del Norte, se ven amenazados por el plomo de los perdigones
ingerido por estos carroñeros al alimentarse de ciervos abatidos por
cazadores, según un estudio publicado el lunes.
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